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Ancianos del barrio Antioquia se van a quedar sin techo y sin comida, necesitan ayuda

Se trata de 30 adultos mayores de entre 65 y 100 años que viven en un hogar de beneficencia; les pidieron la casa donde residen hace más de 20 años.

  • La sede de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, tiene su sede en una casa que les donaron sin documentación y esta situación está a punto de dejarlos sin un techo. FOTO: Esneyder Gutiérrez
    La sede de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, tiene su sede en una casa que les donaron sin documentación y esta situación está a punto de dejarlos sin un techo. FOTO: Esneyder Gutiérrez
  • Los adultos mayores que reciben todos los servicios de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, temen por su futuro al verse en riesgo de quedarse sin casa. FOTO: CORTESÍA
    Los adultos mayores que reciben todos los servicios de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, temen por su futuro al verse en riesgo de quedarse sin casa. FOTO: CORTESÍA
Daniel Rivera Marín

Editor General

hace 10 horas
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Los adultos mayores que han estado por más de 25 años en una casa al frente de la cancha del Barrio Antioquia están a punto que quedar a la deriva por cuenta de un litigio legal originado porque la propiedad, la cual les habían donado, resulta que lo hicieron sin documentación y los dueños del heredero reclamaron este lugar. La lucha por más de siete años hizo amargos el ocaso de los 30 abuelos que allí pasan los últimos días de sus vidas. El pleito parece perdido y ahora lo que buscan los abuelos es otra casa, otro refugio.

La historia comenzó cuando un hombre, quien se fue a vivir a Miami, Estados Unidos, decidió entregarle como donación la propiedad en cuestión, ubicada en la carrera 65D con la calle 25B, a una mujer preocupada por el bienestar de los adultos mayores, aunque todo mediante acuerdos verbales, sin firmar documento alguno. La mujer, después de pensarlo, decidió hizo de este un hogar de atención integral.

Allí nació la Fundación Aidesh, un hogar para que los abuelos de este sector y de los barrios vecinos tuvieran un techo, comida y todo lo que necesitaran para no tener una vejez en medio de la precariedad. Se recibieron durante los 25 años a los adultos mayores más vulnerables de la zona, algunos de ellos con notorios quebrantos de salud. Se les dio comida, dormida y hasta vestuario, todo proveniente de las donaciones de las personas que se vincularon con la causa.

Pero la pandemia, a 2.220 kilómetros de distancia, les hizo un daño que puso a agonizar los cimientos de esta fundación sin ánimo de lucro. El propietario de la vivienda, quien se las había donado había fallecido a causa del Covid-19 en su nueva casa, en el país norteamericano. Aunque en un comienzo lamentaron el fallecimiento porque era su principal benefactor, con el tiempo, los hijos de esta persona, al enterarse de que nunca se hizo ningún documento para validar la donación, comenzaron a reclamar la propiedad, sin importar lo que pasara con estos adultos mayores.

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Julio Galán Trespalacios, abuelo voluntario e esta fundación, relató que “acá tenemos problemas porque esta casa fue donada a los abuelos, pero el señor nunca firmó papeles de nada, todo se hizo de palabra. Sin embargo, uno de los hijos apareció al tiempo de que murió este señor reclamándonos la casa”.

A partir de ese momento comenzó el litigio legal, por un lado, el heredero exigiendo la entrega de la propiedad para sus fines personales, mientras que los de la fundación, con sus recursos, intentaron argumentar que la propiedad se las habían donado o que podían reclamar posesión, debido al tiempo que estuvieron allí y en el cual, por la modalidad de la negociación, no pagaron ni un mes de arriendo. Pero han pasado los años y no les han dado respuesta.

Los adultos mayores que reciben todos los servicios de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, temen por su futuro al verse en riesgo de quedarse sin casa. FOTO: CORTESÍA
Los adultos mayores que reciben todos los servicios de la Fundación Aidesh, en el Barrio Antioquia, temen por su futuro al verse en riesgo de quedarse sin casa. FOTO: CORTESÍA

“Eso viene ya con abogado y son muchos problemas. Incluso le iban a sacar la puerta con ese esquema y después otros problemas. Entonces ya nosotros estamos cansados de tanto problema ya”, expresó Galán Trespalacios, que no ocultó su tristeza por lo que estaba sucediendo con su hogar, en el cual ha estado los últimos siete años de su vida y en el que los últimos meses también encontró quién lo cuidara del accidente cerebrovascular que sufrió y lo tuvo hospitalizado.

Este problema comenzó a sumarle dolores de cabeza a María Wilma Guzmán, la directora de la fundación, porque al vivir fundamentalmente de las donaciones, muchas veces estas se quedan cortas para cumplir con obligaciones básicas como los servicios públicos o para comprar la suficiente comida para atender a los 30 adultos mayores allí hospedados y los que van por un plato de comida.

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“Nosotros vivimos de las donaciones solamente y la señora ya no tiene cómo ayudarnos más, porque muchas veces no tiene cómo pagarle a los cuidadores y con los servicios tan caros, muchas veces le toca financiarlos. Actualmente se deben más de 6 millones de pesos en servicios, porque cada mes llegan 2.500.000 pesos”. explicó.

Actualmente, los donativos que se reciben para poder mantener a estos 30 adultos mayores son de tres personas que colaboran más algunos recursos que entrega el Gobierno Nacional, pero en ocasiones todo se queda corto. “Si ella recibe 80.000 pesos, que es lo que el gobierno le da a la sede, entonces ella lo agarra para comprar cosas”, aseguraron.

Pero estas situaciones, según los de la fundación, se convirtieron en temas menores, porque la urgencia actual es conseguir un nuevo techo para no seguir peleando por el que les dijeron verbalmente que se los dejaban, pero nunca les entregaron documentos que dieran fe de ello.

Lo que quieren ahora es encontrar una casa finca o una vivienda grande en la que quepan las 30 personas en las mejores condiciones posibles. La gran limitante es que por su condición económica quieren recurrir a modalidades como un arriendo económico o un comodato con los propietarios. Incluso vienen apoyando su búsqueda con mensajes en las redes sociales.

Pero estos adultos mayores no pierden la esperanza de que puedan tener un nuevo hogar, bien sea en Barrio Antioquia o en otro lado. Lo importante es que no queden a la deriva y, posiblemente, sin el techo que esta fundación les viene dando desde hace varios años.

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