“¿Lo viste?, míralo, míralo”, le dijo a su hijo, de unos ocho años, una madre que logró entrar a una tienda de Nike de El Tesoro mientras le señalaba a Daniel Muñoz, futbolista del Crystal Palace y la Selección Colombia, sentado en la mitad del lugar, rodeado de periodistas. El menor, no tan alto, se movía habilidoso buscando un espacio para observar al jugador. Lo hizo. Sonrió. Estaba feliz.
Muñoz, vestido con tenis Air Force One blancos, unos pantalones tipo cargo y una camisa de botones verde menta que le daba un aire de formalidad a su pinta urbana. El futbolista, quien además, llevaba las uñas cortas, transparentes y unas aretas moradas de corazones en ambas orejas, no se dio cuenta de la presencia del menor. En ese momento dialogaba con la prensa sobre fútbol, la vida, el barrio.
Sobre todo de eso: el lugar donde creció, donde formó el carácter, la personalidad, el estilo de juego que lo tiene hoy cumpliendo el sueño de su vida: jugar en Inglaterra, en la Premier League, el mejor torneo del mundo para él.
No solo en Amalfi, municipio del que es oriundo y al que fue hace unos días, formó el talento que lo llevó a ser profesional. También en Bello, donde estuvo en compañía del futbolista Jean-Philippe Mateta, compañero del Crystal Palace, en estas vacaciones.
“Venir siempre me hace muy feliz. Casi que solo una vez al año logro regresar a mis orígenes, desconectarme, hacer cosas diferentes, pero el tiempo pasa muy rápido y, en realidad, no me quisiera ir, pero toca”, manifestó Muñoz, quien estará en Colombia hasta el próximo 18 de junio.
-¿En su fútbol, qué queda de ese niño que se formó deportivamente en el barrio, que creció ahí?
-“Todo. Yo siempre soy y seré del barrio. Ahora e incluso cuando sea mayor. Mi fútbol es un reflejo de todo lo que aprendí en el juego que todo el tiempo muestro en cancha”.
Daniel, considerado uno de los mejores laterales del mundo y quien, a pesar de tener contrato con el Palace hasta 2028 es pretendido por equipos grandes del balompié europeo como Liverpool, contó además que en las vacaciones tuvo la oportunidad de ir a la cárcel de máxima seguridad.
Ahí compartió con las personas en proceso de resocialización y, según dijo, fue algo muy bonito porque le permitió dar un mensaje a esas personas. Además, lo llenó en su lado humano, personal, que resalta como lo más importante. “Quiero que la gente conozca más la persona que soy, que el futbolista. Últimamente le dedico tiempo a eso”.
Pero el balompié también es importante para él. Claro: es su profesión, a lo que le dedica, con obsesión, la mayor parte de sus días y, el balón, agradecido por su talento, velocidad, le sonríe, retorna con creces el sacrificio hecho.
La temporada pasada, Muñoz quedó en la historia del fútbol inglés. Al ser campeón de la FA Cup con el Crystal Palace, que consiguió su primer título en más de 160 años, el jugador alcanzó su sueño.
Pero le faltan otros. Muñoz, de 29 años, manifestó que quiere ganar la Champions y varios de los clubes que lo pretenden, disputarán el torneo. Sin embargo, manifestó que esperará, con paciencia, el momento de jugarlo.
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Por ahora, se concentra en que el Palace clasificó a Europa League. “Es un primer paso. Puede que seamos campeones. En el fútbol nada está escrito. Todo puede pasar. Quién sabe qué pase”, agregó. Finalmente, Daniel manifestó que su anhelo más grande es jugar el Mundial con la Selección Colombia. En Norteamérica 2026 lo logrará, seguro. Pero él no solo quiere ir, sino ser protagonista: “queremos repetir lo que hicimos en la Copa América. El objetivo es llegar a la final y, por qué no, luchar por el título”.
¿Ocurrirá o no? Habrá que esperar con paciencia, casi la misma que tuvo ese niño de ocho años para, después de un par de horas de espera, acercarse a Daniel para que le firmara un balón y posara para la foto. Seguro un día inolvidable.