Mario Hernández es el más frentero de los empresarios en Colombia. Y ayer, tras recibir la condecoración Juan Del Corral, en grado oro, por su vida y obra, no fue la excepción. Tras recibir este reconocimiento por parte del Concejo de Medellín, habló con EL COLOMBIANO y a la pregunta de ¿qué hacer por el país? Respondió: “Que los empresarios dejen el miedo. Andan cagados del miedo. Que hablen”.
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Hernández, con la fortaleza que caracteriza a los santandereanos, dice que quedar huérfano de padre a los 10 años fue “mi primer MBA”.
A usted todos lo conocen, todos han comprado sus prendas, aunque bueno, no son baratas...
“No, pero de calidad. Lo bueno vale”.
Medellín le acaba de dar la condecoración Don Juan del Corral a su vida y obra. Además, me estaban contando que le tenían reserva en La Provincia, para celebrar, un restaurante bueno de aquí...
Me dijeron que se comió apenas medio mondongo...
“Me comí medio, pero me hubiera gustado comerme uno completo”.
Y ahora irá a visitar al expresidente Álvaro Uribe a su finca.
“Quedé de irlo a visitar, luego de ir a mi tienda de El Tesoro”
¿Tiene una amistad de vieja data con el expresidente Uribe?
“Yo lo estimo y lo admiro mucho, ha sido el mejor presidente que ha tenido Colombia, con el cariño y dedicación que le ha puesto al país”.
¿Qué opina de la condena a Uribe?
Usted se ha metido en redes sociales, ahí ha dado palo y también le han dado palo. ¿Cómo fue la decisión de incursionar en ese canal? Los empresarios generalmente se cuidan...
“Los empresarios se cuidan por bobos o por miedo, pero deberíamos salir a construir país, participar en la política, no en negocios, ni pidiendo puestos sino votando por los mejores. Si no construimos todos un mejor país, no salimos adelante. Además, uno tiene que estar en las redes, es como cuando salieron los carros no tener carro, o cuando pasamos de la vela al bombillo no tener bombillo”.
¿Cuántos años tiene usted?
¿Y no le dio dificultad meterse a las redes?
“Ahí sí yo chateo y lo hago todo mal, pero lo hago. Le decía a mi hijo que debo hacer un curso de inteligencia artificial y redes. Le toca a uno aprender, y más si está en el comercio, hay que estar mirando qué pasa en el mundo. Hoy en día llega todo muy rápido por internet y uno tiene que actualizarse o sino te quedas”.
A los empresarios les da temor hablar porque les cuesta en el negocio. ¿Le ha costado?
“Al contrario. Uno no puede cuidar del negocio y descuidar a la familia. Uno tiene que pensar en su país. Y ese es uno de los problemas, los empresarios no pensamos en construir un mejor país y los gremios tampoco, todos callados y muertos del susto. Eso no puede ser. Hay que decir las cosas y hay que votar por los que sirven, porque votar por ineficientes no se puede”.
¿Qué tienen que hacer los empresarios en este momento?
“Que les pase el miedo, andan cagados del miedo. Que hablen. Los gremios están para eso. Los grandes empresarios tenemos que cuidar todo. Si el país se friega, nos fregamos todos, pensemos en la gente. Ayudemos a las personas”.
Petro maneja mucho eso de las amenazas y del miedo para la gente.
“Sí, pero no cumple, entonces ahí está perdiendo credibilidad”.
Tres años del gobierno de Gustavo Pero, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor?
“La izquierda tenía que gobernar tarde o temprano. El otro día salió que ellos mismos estaban enterrando la izquierda. Todo lo que prometieron no está. La gente está más pobre todos los días, a vivir sabroso quién sabe con qué. Mire el sistema de salud y todos estos sistemas han fracasado. El gobierno solo viaja y gasta y el presupuesto no alcanza”.
Pero a los empresarios no les ha ido mal del todo. ¿En su caso personal puede ver algo positivo?
“La gran responsabilidad ahorita, al menos la mía, es sostener empleos. Al menos 2.000 personas viven de nosotros. Tenemos tiendas en Costa Rica y Venezuela. Hoy en día despachamos por internet”.
¿Pero cómo les ha ido con este gobierno?
“Uno se ajusta. Las reformas laborales y tributarias significan más impuestos, más costos y todo lo paga el producto”.
¿Qué le ha significado la reforma laboral a su empresa?
¿Tuvo que echar gente por esa reforma?
“No lo tuvimos que hacer, más bien buscamos más mercado y estamos abriendo más tiendas”.
¿Usted ha hablado con el presidente Petro?
“No me interesa hablar con él, ¿para qué? Un día me dijo que quería que habláramos algo, si quiere venir a mi oficina es bienvenido a almorzar. Pero yo no quiero ir a hacer colas en Casa de Nariño, no me interesa”.
¿Cree que Petro entregará el poder tranquilamente?
“Si habla tanto de democracia, de que piensa en el país y está cansado tiene que entregar el poder. Hay como 50 o 60 candidatos, y es excelente que los haya. Habrá una consulta en marzo y votaremos por lo que salga. La persona que llegue le va a tocar muy duro, porque el país va a echar reversa de 15 o 20 años”.
Tras la tributaria de Ocampo, se fueron del país unos 6.000 ultrarricos. ¿Usted ha sentido esos efectos en su empresa?
“Yo estoy en mi país, pago impuestos aquí y aquí me quedaré. No puedo botar el trabajo de 50 años, tengo una gran responsabilidad. En pandemia mi gerente me llamó a decir que había que liquidar gente y le dije que no, le pagamos el sueldo a todo el mundo. Si uno nace empeloto y muere empeloto. Hay que invertir en la gente. Construyamos país”.
¿En pandemia tuvo que sacar recursos suyos para responderle a la gente?
“Le dije a mi gerente ‘¿para cuántos meses tenemos gastos?’ y que le pidiéramos al banco para 10 meses, y que aguantáramos, pero la gente no podía ser sacrificada”.
Si le preguntara los tres grandes aprendizajes de su vida, ¿cuáles serían?
“El trabajo que hemos hecho en la vida. A los 10 años quedé huérfano y fue mi primer MBA. Era el mayor de cuatro hermanos, tuve que salir a la calle a trabajar. A los 14 años era el Rappi de la época. Estoy acostumbrado a afrontar las cosas, problemas no hay, si toca volverse a parar lo hacemos”.
El ministro de Hacienda dijo que para el otro año se propondrá un aumento importante del salario mínimo...
“En los últimos dos años tuvimos unos aumentos muy grandes, incluso desde Duque. Ojalá no suban mucho los productos y le alcance la plata a la gente”.
¿A sus 83 años tiene aún entusiasmo para seguir trabajando?