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Por Juliana Salazar Borda - Comunicaciones.wic@womeninconnection.co

Cuidemos a los niños hombres

hace 2 horas
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  • Cuidemos a los niños hombres

Por Juliana Salazar Borda - Comunicaciones.wic@womeninconnection.co

Los niños y niñas están creciendo con una carga cultural y emocional que no les corresponde y que a varios de ellos los lleva a tener sesgos y estereotipos sobre el género opuesto y sobre su propio género. Quisiera hacer énfasis en niños hombres porque los estoy viendo atropellados.

Es cierto que la historia no ha sido justa con las mujeres, poniéndonos limitaciones sobre lo que debemos ser, decir, actuar y elegir. También que hemos evolucionado y puesto freno a la inequidad de género, con lo cual nuestros niños y jóvenes crecen en un entorno en el que pueden evidenciar que todos podemos ser lo que queramos ser.

Sin embargo, la sociedad les pone un rótulo a los niños hombres por posibles acciones negativas que podrían llegar a hacer y previene a las niñas sobre esas posibles acciones negativas de sus compañeros. Algunas se sienten con el derecho de agredir a un niño y no le perdonan la más mínima equivocación. Pueden llegar a ser crueles y a inculparlos injustamente. En consecuencia, algunos niños, se sienten malos, sin derecho a equivocarse ni a reclamar sus derechos, porque son los de las mujeres los que históricamente se han vulnerado. Y eso no es equidad de género. Estamos desequilibrando la balanza y permitiendo que crezcan niños con miedo al error e inseguros frente a cómo debería ser la expectativa de comportamiento.

A los hombres históricamente los hemos hecho crecer más rápido. Deben ayudar más, cargar más, sobrepasar rápido las dificultades y no quejarse. A las mujeres se nos ha permitido expresarnos, sentir, ser vulnerables. Hoy creo que somos más conscientes de dejar a los hombres ser y sentir, pero la realidad es que en un colegio a un joven adolescente que llora lo miran como a un bicho raro. Termina tragándose todo, haciéndose el fuerte y no pidiendo lo que necesita. La otra realidad es que una niña que agrede porque se siente agredida por un niño en general se valida, pero al contrario es cuestionable. La duda casi siempre cae sobre el comportamiento del niño.

¿Cómo podemos ayudar a los niños y jóvenes hombres a tener una autoestima fuerte, poder expresarse y poner límites sanos cuando se sientan agredidos? Nos limitamos a enseñarles lo que no deben hacer, asumiendo que por ser hombres las equivocaciones históricas podrían aparecer. Siempre desde el no y desde el miedo. A las niñas sí las empoderamos, reflexionando con ellas y promoviendo comportamientos desde una manera constructiva. Veo un desequilibrio desde el enfoque de cómo abordamos la educación socioemocional.

El hombre no es malo por naturaleza, ni la mujer una víctima. Todos tenemos derecho a equivocarnos. Hay que pasar la página que castiga a los hombres. Este niño, el de hoy, mi amigo, mi compañero, mi hijo, mi estudiante es otro ser humano en formación y necesita acompañamiento, independiente de su género y de la historia. No asumamos que los hombres son peligrosos y se equivocan. No les hagamos ese daño.

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Por Juliana Salazar Borda - Comunicaciones.wic@womeninconnection.co

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