Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
Por José Guillermo Ángel R. - memoanjel5@gmail.com
Estación Anteojos (para ver mejor y no dormirse), a la que llegan los que quieren leer y saber de manera más profunda lo que pasa, los que buscan palabras nuevas y precisas (no desviaciones ni eufemismos), los que preguntan si hay cosas de las que no se sabe nada y quién las dice, los que leen contraportadas y con eso tienen, los oledores de papel antes de mirar las letras impresas, los que pesan los libros para calcular el número de hojas (y la extensión de las ideas), los que miran y hasta leen algo sin comprar nada, los que simplemente caminan y se hacen una idea de que en la ciudad hay lectores y autores, los que entran a las charlas y se quejan de que duren tan poco o del aire acondicionado, los que van disfrazados y sudan en medio del calor (con este oficio ganan algo), los que comentan sobre la relación librero y comprador (por lo común un asunto de precios), lo que dicen que para qué leer más si cada vez somos más miopes, los que encuentran el libro Auto de Fe, de Elías Canetti, en el que el personaje quema su biblioteca. Y esto se le suman hombres y mujeres de anteojos y chaquetas, niños de chupo, escolares que camina y van jugando, vendedores de mangos etc.
La Fiesta de libro (siquiera le quitaron la palabra feria que suena a filas de ganado, ventas de chorizo y gente disfrazada haciéndose notar), es una muestra de civilización contra la barbarie. Es una resistencia cultural, un espacio de pensamiento en orden, un permiso para pensar con liberalidad y, lo más importante, un camino en medio de la confusión. Con las palabras escritas las ideas se fortalecen con razones (no emociones), los argumentos son más profundos y la visión de la vida más amplia, pues los hechos sin explicación no dicen que estamos vivos sino ahí, como vacas pastando. Los buenos libros son una confrontación, un salir del yo para mirarse en otro y en lo otro. Son un descubrimiento de lo no sabido y un espejo en el que nos vemos cambiando.
Y en esta Fiesta, pues se celebra la libertad, están la literatura y la filosofía, la ciencia y la política, la presencia de lo que se ve aquí y en otras partes. Y a la par de libertad, es un viaje entre gente que piensa (se hace preguntas) sabe hablar y hace propuestas con la ficción y la realidad, con lo que sabemos hasta ahora y lo que falta por saber. Y bueno, Los que asisten, salen siendo más.
Acotación: El único problema es, para nuestra Fiesta, la carencia de una sección que muestre los textos de los escritores antioqueños vivos, que son los que están contando qué sucede entre nosotros. Quizá no sean los que más venden, pero sí los que más hablan del aquí.