La euforia del público que estaba en las tribunas del estadio Palmaseca de Palmira se apoderó de la lateral vallecaucana Kelly Ibargüen cuando anotó su cobro en la tanda de penaltis de la final de la Liga femenina, contra Santa Fe. El grito de los aficionados fue ensordecedor. El de la futbolista denotó “locura”. Su alegría llegó al paroxismo y por eso, saltó, apretó las manos como con rabia, pero en realidad era emoción, alegría.
La defensa, nacida en Cali el 26 de noviembre de 2002, se convirtió en la máxima ganadora de Ligas femeninas en la historia del fútbol colombiano. De las nueve ediciones que se han disputado del torneo, Ibargüen ha levantado el título cinco veces. Y eso que apenas tiene 22 años. Tiene carrera para rato.