Este sábado, desde las 8:30 p.m., el estadio Atanasio Girardot será testigo de un duelo cargado de historia, tensión y cuentas pendientes. Atlético Nacional recibe a Millonarios en la fecha 13 de la Liga Betplay-2, con la misión impostergable de derribar una estadística que se ha convertido en sombra y en obsesión: el Verde no le gana al Embajador en casa, por Liga, desde hace casi siete años.
La última vez que los hinchas verdolagas celebraron un triunfo sobre su rival de siempre en Medellín fue en el segundo semestre de 2017, cuando el equipo era dirigido por el español Juan Manuel Lillo. Desde entonces, el Atanasio ha sido un terreno inexpugnable para Millonarios en este clásico moderno: 11 partidos y 8 entrenadores han pasado sin que Nacional logre quebrar la racha.
Ocho técnicos, una misma frustración
Los números, revelados por el estadígrafo Luis Arturo Henao (@ElColeccioniste), son el reflejo de una herida abierta: tras Lillo, pasaron por el banquillo verdolaga nombres de peso y estilos diversos como Jorge Almirón, Juan Carlos Osorio, Alejandro Restrepo, Hernán Darío Herrera, Paulo Autuori, John Jairo Bodmer, Efraín Juárez y Javier Gandolfi, y ninguno pudo gritar victoria ante los capitalinos en el Atanasio.
Cada enfrentamiento renovaba la ilusión, pero la historia siempre terminaba en decepción para los verdes. En varias de esas noches, la hinchada empujó, creyó y soñó, pero la muralla azul se mantuvo firme, alimentando un dominio que Millonarios ha sabido disfrutar en patio ajeno.
El reto de Diego Arias
Hoy, el encargado de intentar cambiar la historia es Diego Arias, interino en el banquillo, que llega con aire renovado tras vencer a Unión Magdalena en la jornada pasada. Arias sabe que más allá de los tres puntos, este duelo es una prueba de carácter: romper la racha significaría no solo un impulso deportivo, sino también un bálsamo emocional para una hinchada que exige respuestas y que anhela volver a sentirse poderosa frente a uno de sus máximos rivales.
La cita de este sábado es mucho más que un partido de Liga. Es la oportunidad de cortar con años de frustración, de demostrar que las estadísticas están para romperse y que Nacional, en su estadio, frente a su gente, todavía puede rugir con la fuerza de antaño.
El Atanasio se vestirá de verde con un solo deseo: que la historia cambie y que el grito de gol ahogue, al fin, siete años de silencio frente al rival azul.