Alfredo Saade, activista y crítico de la corrupción, llega al alto cargo de jefe de despacho presidencial. Varios sectores críticos al Gobierno hablan de la historia de su hermano, quien tiene un lejano caso de corrupción en el Cesar.
El adagio popular reza que “no hay cuña que más apriete que la del mismo palo”. El activista Alfredo Saade Vergel, cuya hoja de vida ya fue publicada para asumir como próximo jefe de despacho del presidente Gustavo Petro, ha sido un acérrimo crítico de la corrupción, de la clase política tradicional y de las prácticas clientelistas en el quehacer gubernamental.
Sin embargo, ahora que se apresta a asumir uno de los cargos más importantes de cualquier gobierno, su hoja de vida, sus posturas y pronunciamientos, así como su propio núcleo familiar, están bajo un estricto y cuidadoso escrutinio de la opinión pública. No es para menos.
Como jefe de despacho presidencial, Saade será el encargado de asesorar al jefe de Estado en la formulación de políticas públicas, apoyarlo en su relación con otros poderes públicos y organismos, y asistir al presidente en la organización de su agenda. A ello se suma la coordinación con ministerios, departamentos administrativos y otras entidades.
De allí que todo lo que rodee el nombre del nuevo jefe de despacho presidencial sea de interés y este bajo examen público. En esa línea, este jueves se conoció que el hermano de Saade, William Saade Vergel, fue condenado en 2010 a 16 años de cárcel por hechos de corrupción en la Gobernación del Cesar.
Según determinó en su momento la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en su condición de secretario de Hacienda del entonces gobernador Lucas Segundo Gnecco Cerchar (1998-2000), Saade contribuyó a suscribir 11 decretos para celebrar 101 contratos relacionados con el sector educativo, pero sin el cumplimiento de los requisitos legales y con los cuales “se incurrió en multimillonarios sobrecostos”.
Todo ello, para arañar recursos irregulares destinados a financiar campañas electorales, en particular, la de Saade a la Gobernación del Cesar en las elecciones regionales de 2000. Incluso, en el fallo se indica que durante la detención del exsecretario fueron hallados en su vivienda $170 millones en efectivo.
Este tipo de hechos contrasta con el discurso que por años ha profesado el entrante jefe de despacho presidencial. Por ejemplo, en febrero pasado Alfredo Saade reclamaba con dureza por hechos de corrupción que atribuyó a detractores del presidente Gustavo Petro.
“Se las tiran de muy buena familia y personas de ‘bien’ cuando sus fortunas fueron hechas privatizando bienes públicos con prácticas, herencias y actos ilegales ligados al narcotraficantes y a la corrupción. Degenerados que han sumido al pueblo en la miseria y hoy atacan al presidente por sacarles a la luz su indignidad. Levántate Colombia”, dijo.
Alfredo Saade, polémico excandidato presidencial y activista, es una de las personas más leales y fanáticas al presidente Gustavo Petro. En estos casi tres años de mandato ha sido uno de sus defensores más acérrimos, acudiendo a propuestas descabelladas y peligrosas como cerrar el Congreso o medios de comunicación.
Por eso generó tanta polémica que este miércoles, su hoja de vida fuera publicada en el sitio web oficial de la Casa de Nariño para ser jefe de gabinete, cargo que en el papel ha existido con otros nombres como jefe de despacho presidencial, actualmente ocupado por Armando Benedetti, ministro del Interior.
“Gracias presidente Gustavo Petro por su confianza. A Dios todo honor y toda gloria, a mis detractores los invito a tomar café, el país nos necesita para que el amor pueda vencer al odio. Levántate Colombia cautiva de esperanza”, dijo Saade en X al conocerse el nombramiento.
“Va a ser mi reemplazo (...) yo estaba un poco ‘enhuesado’ (...) tengo la mejor opinión del pastor, no puedo entrar a hacer juicio sobre el fuero del presidente, me parece bien, es una persona cercana al presidente”, dijo Benedetti este miércoles.
Pero según le dijeron fuentes de Presidencia a EL COLOMBIANO el nombramiento de Saade tomó por sorpresa a varios funcionarios e incluso les generó molestia. “Es un desastre. No se entiende esa decisión. Estamos viviendo la mejor victoria de este Gobierno (reforma laboral) orquestada por Benedetti y lo sacan así como si nada. Eso es un muy mal mensaje de pérdida de poder frente al país y sobre todo el Congreso”, dice bajo reserva un funcionario de Palacio.
Hay que recordar que en Colombia no existen los delitos de sangre. Saade hasta ahora no tiene ninguna investigación abierta o condena por hechos de corrupción.
