Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Una expedición a las Cavernas del Nus, las cuevas más hermosas de Antioquia

Fueron descubiertas en 1932 y están ubicadas en Caracolí (Magdalena Medio). Hay nueve recámaras donde abundan formaciones de estalactitas y estalagmitas. Un recorrido que incluye el río Magdalena y el cañón del Samaná Norte.

  • Las famosas cuevas están ubicadas en la vereda La Mesa de Caracolí. El ingreso a las cavernas se ubica a un kilómetro del río Samaná Norte. El recorrido dentro de las cavernas dura dos horas mientras se recorren los nueve salones. FOTOS: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
    Las famosas cuevas están ubicadas en la vereda La Mesa de Caracolí. El ingreso a las cavernas se ubica a un kilómetro del río Samaná Norte. El recorrido dentro de las cavernas dura dos horas mientras se recorren los nueve salones. FOTOS: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
  • Las cavernas están situadas en lo alto de una peña de mármol, entre los ríos Nus y Samaná Norte. Sus nueve recámaras están ornamentados con depósitos de calcita, un mineral del grupo de los carbonatos. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
    Las cavernas están situadas en lo alto de una peña de mármol, entre los ríos Nus y Samaná Norte. Sus nueve recámaras están ornamentados con depósitos de calcita, un mineral del grupo de los carbonatos. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
  • La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
    La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
  • La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
    La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
  • Una expedición a las Cavernas del Nus, las cuevas más hermosas de Antioquia
13 de junio de 2025
bookmark

Las palpitaciones se aceleran y la temperatura supera los 30 grados; el ascenso por la montaña va apenas por la mitad de un bosque tupido que encierra el calor como un horno. En un momento, cuando la boca se seca y se pone arenosa, el horizonte se despeja y aparece, en toda su dimensión, un meandro del río Samaná Norte que rodea una montaña rocosa que vemos al frente. “¿Qué es esto tan impresionante?”, se escucha. Detrás de nosotros hay una enorme piedra con vetas ocres y negras que tiene forma de reloj de arena. El camino continúa por la cintura de ese reloj gigante; hay una baranda minúscula que separa el desfiladero, pero nadie mira hacia abajo. La divisa se apodera de las miradas.

Lea acá: Diez opciones para hacer turismo alternativo en Antioquia

La enorme piedra es una de las paredes de las cavernas del Nus, el lugar al que vamos. Ubicadas en el municipio de Caracolí, Magdalena Medio de Antioquia, las cuevas están situadas en lo alto de un peñón de mármol, entre los ríos Nus y Samaná Norte. Están formadas por nueve salones que suman un área de más de 5.700 metros cuadrados. La caverna, que mide unos 220 metros de norte a sur y unos 50 metros de oriente a occidente, podría tener entre uno y once millones de años.

Son las 11:37 a.m. Salimos madrugados de Medellín y pasamos por Cisneros, San José del Nus, Puerto Berrío y Puerto Serviez, un corregimiento de Boyacá, donde hace más calor que en Comala; luego tomamos una lancha, cruzamos el río Magdalena y subimos unos 15 kilómetros desde la desembocadura del Samaná Norte, en medio de un cañón frondoso de árboles centenarios y rocas colosales. Media hora después llegamos a un embarcadero y empezamos a caminar por una planta hidroeléctrica y luego por el bosque. Después de tomar fotos desde el mirador del Samaná y de sortear los precipicios, llegamos, por fin, a la entrada de las cavernas.

Infográfico
Una expedición a las Cavernas del Nus, las cuevas más hermosas de Antioquia

Por accidente en una cacería

En el ingreso hay una placa de mármol, sin todas las letras, pero en la que se alcanza a leer que las cavernas fueron descubiertas en octubre de 1932 por Adolfo Jaramillo Muñetón. Estaba en una cacería junto a uno de sus trabajadores cuando, por arte de magia, en medio de la montaña, localizaron uno de los tres accesos. Con una escopeta, luces escasas y dos perros, entraron a descifrar los recovecos en medio de la oscuridad.

Adolfo, quien era de Donmatías, se dio a la tarea de buscar la salida superando caminos llenos de rocas y encontrando el mundo de las cavernas. Dejaron a su paso hojas secas para no perder el camino de regreso. En una reseña, Blanquita Jaramillo López, hija de Adolfo y recordada administradora y guía de las cavernas por muchos años, contó: “Fue una jornada dura, durísima, de suspenso y que nos llenó de angustia a todos los miembros de la familia”.

Las cavernas están situadas en lo alto de una peña de mármol, entre los ríos Nus y Samaná Norte. Sus nueve recámaras están ornamentados con depósitos de calcita, un mineral del grupo de los carbonatos. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
Las cavernas están situadas en lo alto de una peña de mármol, entre los ríos Nus y Samaná Norte. Sus nueve recámaras están ornamentados con depósitos de calcita, un mineral del grupo de los carbonatos. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

Ahí estamos nosotros, expectantes por recorrer los caminos que hace 93 años trazó Adolfo. Nos ponemos cascos y prendemos las linternas. Somos 14; vamos en fila, despacio, midiendo cada pisada, pendientes del andar de la persona de adelante, con los sentidos afilados para sortear los obstáculos en medio de las tinieblas. En un momento, el guía pide que apaguemos las linternas y hagamos silencio. No se ve ni el más mínimo asomo de algo o de alguien; solo se escuchan respiraciones agitadas y uno que otro goteo esporádico.

De las portentosas cuevas se volvió a saber 35 años después del descubrimiento de Adolfo. Resulta que Darío Suescún, entonces director del Inventario Minero Nacional y férreo defensor de la propiedad estatal de los recursos minerales, lideró una expedición para documentar los depósitos que había en estas cuevas. Fue él quien, en 1967, las llamó cavernas del Nus.

Ese mismo año, después de la visita inicial, realizaron otra exploración liderada por Hernán Gómez, también del Inventario Minero; Robert Smeaton, voluntario de los Cuerpos de Paz y espeleólogo aficionado; y Thomas Feininger, del Servicio Geológico de Estados Unidos, y autor de un libro sobre la geología de parte de Antioquia y Caldas.

Durante dos días levantaron un croquis, con cintas y brújulas, de toda la extensión del complejo subterráneo, y Smeaton tomó fotografías a color del interior. El tercer día documentaron cuevas cercanas más pequeñas. Los detalles de su expedición están descritos en el boletín XVI del Servicio Geológico Nacional de 1968.

La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

Nuestro recorrido duró unas dos horas. Conocimos los salones gigantes, las formaciones de mármol que cruzan numerosas cuevas. Los pisos de las recámaras están cubiertos por bloques que han caído de los techos y por lodo oscuro. El camino es sinuoso, resbaladizo y traicionero. En unas partes hay que deslizarse con una cuerda, lanzar el pie hasta apuntalarse; en otros tramos toca trepar buscando muescas en las piedras para impulsarse. Ningún pensamiento se cuela del exterior: el camino lo colma todo.

La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
La cuenca del río Samaná Norte supera las 200.000 hectáreas en nueve municipios del Oriente y el Magdalena Medio. FOTO: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

Una joya natural

Las cavernas están por encima del nivel del agua subterránea. Según el estudio de Feininger, Smeaton y Gómez, quizás se formaron en el Plioceno, la última época del periodo Neógeno, que abarca desde hace 5 a 2,5 millones de años, o quizás son un poco más jóvenes. Tras la disección de los cañones, este complejo quedó aislado en lo alto del peñón.

La mayoría de los salones de las cavernas del Nus está sobre los 435 metros sobre el nivel del mar. Los exploradores se tomaron la tarea de detallar los hallazgos de cada salón, cuya altura, en todos, sobrepasa los cinco metros y en algunos puede llegar hasta los quince.

A medida que avanza la caminata, aparecen innumerables estalactitas y estalagmitas. Las primeras son formaciones que cuelgan de los techos y de los muros a lo largo y ancho de la caverna. Son puntiagudas y están revestidas con calcita, un mineral carbonatado abundante en la corteza terrestre. Las estalactitas varían en tamaño, desde grandes masas de varios metros de longitud hasta realces de pocos centímetros.

Las estalagmitas, por su parte, son formaciones que se originan en los pisos, con rasgos voluminosos y abundantes. La mayoría tiene alturas inferiores a dos metros y sus diámetros no sobrepasan los 30 centímetros. Gran parte del piso del segundo salón está cubierto por estalagmitas muy juntas, no más altos de un metro, que forman una especie de campo sembrado.

El salón más impactante es el que tiene iluminación natural por una enorme claraboya que permite ver el exterior y apreciar, adentro, parte de su rica ornamentación con estalactitas y estalagmitas. Después de tomarnos fotos en esa galería, comienza el regreso por otra ruta, igual de sinuosa y empantanada, que obliga a ir despacio. Sentimos la luz del día y la emoción de haber seguido el hilo de Ariadna hasta la salida. Después, nos tiramos a la corriente del río Samaná y nos bañamos en la cascada Gatico. El atardecer a nuestras espaldas, cruzando el Magdalena y, de nuevo, en Puerto Serviez, cuando otra vez es de noche.

El guía dijo que ninguno sería el mismo después de salir de la caverna; sobre esa promesa sigo pensando.

Una expedición a las Cavernas del Nus, las cuevas más hermosas de Antioquia

¿Cómo llegar a las Cavernas del Nus en Caracolí, Antioquia?

Una posibilidad es hacer la ruta descrita en esta nota: ir en carro por la ruta Medellín, Cisneros, San José del Nus, Puerto Berrío y Puerto Serviez. De ahí se toma una lancha hasta el embarcadero donde comienza la caminada. La empresa Medellín Bungee ofrece este plan una vez al mes.

Otra opción es ir hasta el casco urbano de Caracolí y tomar moto o carro hasta la vereda La Mesa. Luego de caminar una media hora se llega hasta la entrada de las cavernas. Información adicional en la Alcaldía del municipio.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD