La figura del trabajo de medio tiempo o parcial—más conocido como trabajo por horas— se convirtió en el nuevo campo de batalla de la reforma laboral. El polémico artículo 37, que entró en la última versión del proyecto, plantea que quienes trabajen por días o por horas tendrán derecho a un recargo del 17,5% si lo hacen domingos o festivos.
Además, podrán pactar con sus empleadores que las primas y las cesantías les lleguen por anticipado, con un 8,3% adicional por cada prestación incluida en su pago diario. Es decir, sin tener que esperar junio, diciembre o la liquidación para recibir esos recursos.
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Pero este ajuste que busca formalizar trabajos cortos —como el de las empleadas domésticas por días o los meseros de fin de semana— encendió todas las alarmas. Tanto el presidente, Gustavo Petro, como las centrales sindicales lo han tildado de “neoesclavismo”.
Dicen que este artículo desconoce el salario mínimo mensual legal (hoy de $1,4 millones) y, peor aún, pone en riesgo la pensión de miles de trabajadores que no alcanzarían a acumular las semanas necesarias cotizando solo por ratos.
Al preguntar si el artículo 37 realmente legaliza el trabajo por horas o simplemente lo regula, Javier Almanza Junco, coordinador del área Derecho Laboral del consultorio Jurídico del Rosario, explica que no se está legalizando nada nuevo, se está regulando algo que ya pasa todos los días en Colombia.
“La actividad laboral por horas ya se da en la práctica. Lo que hace este artículo es reconocer esa realidad y establecer unas reglas. Es decir, si una persona trabaja por horas, se parte de la base de que hay una relación laboral como cualquier otra. No es una figura nueva, es una modalidad de trabajo que ahora se busca regular mejor”.
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¿Ya existía el trabajo por horas?
Experto consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que esta es una discusión netamente política, ya que el trabajo por horas existe desde 1951. Además, es una modalidad usada entre quienes no trabajan una jornada completa, como los meseros o las empleadas de varios hogares. A su vez, “no se viola el mínimo. Si alguien trabaja la mitad del tiempo, se le paga la mitad del salario”, sostienen.
En medio del debate, Iván Camilo Jiménez, profesor del Observatorio Laboral de la Javeriana, lanza una reflexión clave: esto no es una novedad. “El trabajo por horas ya existe. El Código Sustantivo del Trabajo permite acordar salarios por horas. Eso ya está en la ley. No se necesita ninguna reforma para que alguien trabaje por horas y reciba un pago proporcional”.
En esa misma línea, Vicente Umaña, socio de Derecho Laboral en Posse Herrera Ruiz, precisa que el debate sobre el trabajo por horas se está dando como si fuera una figura nueva o improvisada, pero no lo es. “Desde la Ley 50 de 1990 existe la posibilidad de contratar personas por tiempo parcial. Lo que hace la ponencia de la reforma laboral es reafirmar que esa modalidad es válida y legal en Colombia”.
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En su concepto, lejos de poner en riesgo los derechos laborales, este modelo abre oportunidades para quienes no pueden trabajar una jornada completa.
“Hay personas que por diversas razones solo tienen tiempo para laborar unas horas al día. Esta modalidad les da la posibilidad de distribuir su tiempo entre distintos empleadores y recibir un pago justo por ese trabajo. Además, cada empleador puede aportar proporcionalmente al sistema de seguridad social y pensiones”, afirma Umaña.
Según Jiménez, en lugar de rasgarse las vestiduras, el debate debería centrarse en cómo garantizar que quienes ya están trabajando así accedan a protección social. “Hay millones de personas en el mundo que trabajan por horas. El problema no es que trabajen por horas, sino que no tienen acceso a salud, pensión o riesgos laborales. Y eso es lo que realmente hay que solucionar”.
Umaña aclara que esta opción es especialmente útil en sectores como el servicio doméstico, las labores estacionales o actividades que no requieren un trabajador todo el día. Y advierte que parte del problema actual es que existe una narrativa que rechaza el trabajo parcial por considerarlo precario, cuando en realidad —dice— responde a las necesidades del mercado.
“Muchas personas que hoy están en la informalidad no lo están porque quieran, sino porque no tienen una oferta de trabajo formal que se acomode a su disponibilidad horaria. Esta modalidad ayuda a cerrar esa brecha”, argumenta.
El trabajo por horas es cuestión de derechos
Hoy los expertos insisten en los trabajadores por horas tienen obstáculos enormes para que su seguridad social se cotice de forma proporcional. Y eso, más que el sueldo en sí, es lo que los deja por fuera del sistema pensional. Por eso, aclaran que esa discusión debe darse en el marco de una reforma pensional, como la que ya fue aprobada.
Ahí entra en escena la reforma pensional, que tiene el visto bueno por el Congreso y que entra en vigencia el próximo 1 de julio. “Esa reforma introduce el régimen semicontributivo, que permite cotizar con ingresos por debajo del salario mínimo. Eso, por ejemplo, es lo que hace posible que los trabajadores por horas se vinculen al sistema”, explica Jiménez.
Jiménez es claro en que este modelo no es una forma de contratación nueva, sino una forma de pago. “Hay sectores donde esto es perfectamente común, como en las universidades, donde los profesores que dictan por hora cátedra tienen contratos que se ajustan a las horas dictadas. Eso ha pasado toda la vida sin necesidad de cambiar la ley”.
Y lanza un dardo directo al corazón del debate político: “Lo que estamos haciendo, al escandalizarnos por el trabajo por horas, es negarle a mucha gente la posibilidad de tener seguridad social. Por más que se prohíba, la gente igual trabaja por horas. Lo sensato es formalizar esa realidad, no taparla con el dedo”.
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Los peros de Petro al trabajo por horas
Mientras tanto, el presidente Petro no se guardó nada. Desde su cuenta en X, calificó el artículo como un “retroceso mayor que los contratos basura y la ley 50, juntas”. En su opinión, esto es una contrarreforma laboral “de las más atrasadas que se han visto” y pidió a la ciudadanía que se movilice en las calles para exigir que se respete el proyecto original, el que su gobierno radicó.
Curiosamente, esta misma propuesta de trabajo por horas ya había sido impulsada sin éxito por el expresidente Iván Duque. Y fue rechazada por el Congreso en su momento. Ahora, tras ser revivida por la Comisión Cuarta del Senado, el debate volvió a prenderse con más fuerza.
Frente a las críticas del gobierno y las centrales obreras, Umaña deja claro: “Pareciera que para ellos la única contratación válida es el contrato a término indefinido y de tiempo completo. Pero eso no se ajusta a la realidad de millones de trabajadores que necesitan flexibilidad. El trabajo por horas no es precarización. Al contrario, es reconocer lo que ya ocurre en la práctica y darle reglas claras”.
¿Qué impacto tendría el trabajo por horas en la formalización laboral?
Para Javier Almanza Junco, coordinador del área de Derecho Laboral del Consultorio Jurídico de la Universidad del Rosario, permitir el trabajo por horas en sectores con alta informalidad, como el comercio o el servicio doméstico, puede traer más problemas que soluciones si no se hace con una regulación clara.
“El impacto es alto y el riesgo es supremamente alto, porque el sistema no está preparado para financiar pensiones por horas o con ingresos inferiores al salario mínimo”, advierte.
Y agrega que se trata de un riesgo muy serio que está tomando el legislador al promover este tipo de contratación sin que exista una regulación adecuada.
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Almanza explica que, tal como está hoy el sistema, cuando llegue el momento de pensionarse, no se reconocerán semanas proporcionales a las horas laboradas. “Excepto que se cambiara la Constitución, no se puede disminuir el valor de la pensión por debajo del salario mínimo legal mensual vigente”, señala.
Según él, eso tendría un fuerte impacto en la economía y afectaría gravemente el sistema pensional. “Con la contratación por horas, lo que va a ingresar al sistema son recursos equivalentes a esas horas, pero nunca será proporcional a las cotizaciones que hoy se hacen con base en el salario mínimo”.
