Pobreza monetaria cayó en 2024, pero no gracias a los subsidios del Gobierno Petro: estas son las razones
Aunque el Gobierno celebra una caída en la pobreza, los datos muestran reducciones mínimas y una política de subsidios que podría estar empeorando el panorama.
Aunque el Gobierno ha insistido en que su política social está detrás de la reducción de la pobreza monetaria, los datos del Dane muestran una realidad menos alentadora para el discurso oficial. FOTO: Camilo Suárez y Presidencia.
El Dane actualizó sus indicadores de pobreza monetaria para 2024, revelando que 16,2 millones de colombianos vivían con ingresos por debajo de la línea de pobreza, es decir, menos de $460.198 mensuales per cápita.
Aunque esto representa una reducción de 1,2 millones de personas frente a 2023 y una caída de 2,8 puntos porcentuales en la incidencia nacional (de 34,6 % a 31,8 %), el panorama sigue siendo complejo.
Por ejemplo, un hogar de cuatro personas fue considerado pobre si sus ingresos totales mensuales fueron inferiores a $1.840.792. Al contrastarlo con el salario mínimo legal vigente de 2024, que fue de $1.462.000 (incluyendo subsidio de transporte), queda claro que un solo salario mínimo no basta para sacar a una familia de la pobreza.
Además, la línea de pobreza subió 5,7 % frente al 2023, reflejando el impacto de la inflación en el costo de vida básico.
Qué dijo Petro sobre el dato de pobreza monetaria en 2024
Ante este panorama, el presidente, Gustavo Petro, celebró la más reciente cifra del Dane sobre pobreza monetaria, señalando que el país alcanzó el nivel más bajo desde 2012. “Hemos reducido el porcentaje de población pobre al más bajo de la historia estadística reciente”, escribió en su cuenta de X.
Según el mandatario, desde el último año del gobierno anterior, cerca de 2,6 millones de personas han salido de la pobreza, y un millón más han superado la pobreza extrema, una tendencia que atribuye a las políticas de su administración.
El dato oficial reportado por el Dane para 2024 señala que la pobreza monetaria bajó a 31,8%, lo que equivale a 1,2 millones de personas menos frente a 2023.
En ese orden, aunque el Gobierno ha insistido en que su política social está detrás de la reducción de la pobreza monetaria, los datos del Dane muestran una realidad menos alentadora para el discurso oficial.
La variación del ingreso real por quintiles entre 2023 y 2024 revela que fueron los ingresos laborales y las ayudas provenientes de los hogares (remesas y similares), no las transferencias del Estado, los que más contribuyeron a mejorar el bolsillo de los colombianos.
Así lo precisó César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana: “La pobreza monetaria sigue bajando, por el aumento de los ingresos laborales (crecimiento) y los ingresos por transferencias de hogares (como remesas). Las ayudas institucionales, en cambio, contribuyen negativamente a la variación”.
Ingresos laborales y remesas, no subsidios, movieron la aguja contra la pobreza en 2024
El análisis por quintiles –que divide a la población según nivel de ingreso– deja claro que las ayudas institucionales del Estado (subsidios y transferencias) no solo no jalonaron el ingreso, sino que en algunos casos lo redujeron.
Por ejemplo, en el quintil más pobre (quintil 1), la contribución del ingreso laboral fue de 1,97 puntos porcentuales, mientras que las ayudas institucionales restaron 1,68 puntos. Es decir, los subsidios se comportaron como un freno, no como un acelerador.
El patrón se repite en el quintil 2: el ingreso laboral aportó 4,36 puntos, mientras que las ayudas del Gobierno restaron 1,49 puntos. En cambio, las remesas o “ayudas de los hogares” –que incluyen transferencias de familiares dentro o fuera del país– tuvieron un impacto positivo: sumaron 1,57 puntos en el primer quintil y 1,46 puntos en el segundo.
Crecimiento laboral y apoyo familiar: los verdaderos motores
De acuerdo con el reporte del Dane, los ingresos laborales fueron el componente más robusto de la mejora en todos los quintiles. En el tercero, por ejemplo, aportaron 5,13 puntos porcentuales de crecimiento en el ingreso real, sobre un total de 5,8% de variación.
Esto refuerza la tesis de que el crecimiento económico y el empleo –no la política social estatal– han sido los motores de la reducción de la pobreza. Incluso el quintil más rico (5), con una mejora de ingresos del 3,5%, recibió apenas 1,35 puntos por vía laboral, mientras que el resto vino por rubros como arriendos imputados, intereses y pensiones.
De esta manera, el mensaje que dejan estos datos es contundente: el modelo redistributivo de los subsidios y transferencias está fallando. Las ayudas institucionales, lejos de corregir las desigualdades, parecen estar mal focalizadas o con problemas estructurales de ejecución.
En contraste, la economía real –es decir, empleo y remesas– es la que está moviendo la aguja, a pesar de la informalidad y la precariedad laboral.
Pobreza en Colombia: ¿qué tan real es la reducción?
Para la investigadora Natalia Galvis Arias, PhD(c) en Políticas de Desarrollo en la Universidad de Manchester y consultora en política social, los datos presentados por el Gobierno distan mucho del discurso triunfalista que los ha acompañado.
“El Gobierno ha venido alardeando de una reducción ‘sustancial’ de la pobreza, pero los datos indican lo contrario”, afirma Galvis.
De hecho, advierte que el ajuste definitivo de los datos 2023 revela diferencias significativas con respecto a los valores preliminares, especialmente en zonas rurales y centros poblados, donde hay variaciones de hasta tres puntos porcentuales.
Para la investigadora, lo que en su momento se vendió como una mejora notoria fue, en realidad, una entrega imprecisa de los resultados.
Según el Dane, la pobreza monetaria se redujo en 2,8 puntos porcentuales en 2024, mientras que la pobreza extrema cayó apenas 0,9 puntos. “Un resultado mediocre”, califica Galvis, quien añade que incluso el dato de pobreza monetaria general es moderado.
Pero más allá del número, lo importante para Galvis es entender por qué se redujo la pobreza. “Ese es el punto más importante del análisis y lo que realmente debe utilizarse para evaluar al Gobierno”, enfatiza.
Piedad Urdinola, directora del Dane.
¿Qué explica la caída en pobreza? Solo el crecimiento económico
Por su parte, Germán Machado, el economista y profesor de la Universidad de los Andes, no oculta su sorpresa frente a los resultados, a pesar de que el crecimiento económico del país fue modesto en 2024, los ingresos de los hogares aumentaron de forma significativa, y eso, dice, explica buena parte de la caída en los índices de pobreza.
“Los resultados muestran, en general, una buena noticia con la caída”, señala Machado. “Es sorprendente, además, la magnitud, pues, aunque el crecimiento económico del país en 2024 fue flojo, según los datos del Dane, los ingresos crecieron muy significativamente”.
“Está claro que el mejor crecimiento económico, comparado con el del año anterior, fue el principal factor para reducir la pobreza en 2024”, explica el académico.
Eso se refleja, además, en los componentes del ingreso. “Cuando uno mira de dónde vienen los aumentos, lo que más crece son los ingresos de origen laboral, en línea con una menor desocupación en el país. Hay más empleo, y eso significa más ingreso directo para los hogares”, precisa.
Pero el dato más desconcertante para Machado es otro: el de las ayudas institucionales. Según los datos oficiales del Dane, las transferencias del Gobierno no solo no ayudaron a reducir la pobreza, sino que contribuyeron a aumentarla en varios quintiles, especialmente entre los más pobres.
“Eso claramente muestra una conclusión muy atípica”, advierte. “Lo que sugieren los datos es que el Gobierno nacional debe replantear su estrategia de ayudas y subsidios. No están siendo eficientes, y eso debería encender las alarmas”.
La pobreza monetaria en Colombia llegó en 2024 a su mínimo histórico desde 2012. En el total nacional, la pobreza monetaria fue del 31,8% y la pobreza monetaria extrema se ubicó en 11,7%. Esto significa que 1.267.063 personas salieron de la condición de pobreza monetaria, al pasar de 17.504.698 en 2023 a 16.237.635 en 2024.
A su vez, según Galvis, existen tres factores que explican la pobreza monetaria: crecimiento económico, redistribución (política fiscal y social) y efectos de la inflación o cambios en la línea de pobreza
Al descomponer estos factores, la investigadora encuentra, como lo detalló Machado, que el crecimiento económico fue el principal motor de la reducción de la pobreza tanto monetaria como extrema en los tres dominios analizados (urbano, rural y total). “El crecimiento siempre ha sido el motor de la movilidad social”, sostiene.
Pero hay un dato más preocupante, para ella, la política redistributiva del Gobierno —ese conjunto de medidas para transferir recursos de los sectores más ricos a los más pobres— no solo no está ayudando, sino que está empeorando la situación.
“Lo que muestran los datos es que la redistribución está aumentando la pobreza. Hoy tenemos un sistema absolutamente distorsionado, que no transfiere los recursos de los más ricos a los más pobres”, critica Galvis.
Por lo tanto, para Machado, las cifras no dejan mucho margen de interpretación. “Con cifras oficiales del Dane se puede concluir que la política social del Gobierno Petro está aumentando la pobreza, y que lo que compensa ese mal efecto es el crecimiento económico que el país está teniendo gradualmente”.
La advertencia no es menor: si el crecimiento de la economía colombiana se desacelera —como ya anticipan varios analistas— y las ayudas del Estado siguen sin mejorar su impacto redistributivo, la reducción de la pobreza podría estancarse o incluso revertirse.
“El país no puede depender solo del ciclo económico para enfrentar la pobreza”, concluye Machado y agrega: “Necesitamos una política social que funcione, que llegue y que realmente ayude a cerrar las brechas, no a ensancharlas”.
Aunque los promedios nacionales son moderados, Galvis resalta que hay ciudades con comportamientos positivos. Es el caso de Neiva: -7,1 p.p., Ibagué: -5,6 p.p., Armenia: -4,8 p.p., Villavicencio: -4,6 p.p., y Bogotá: -4,5 p.p.
En estas ciudades, el descenso de la pobreza supera ampliamente el promedio nacional. En el caso de Villavicencio y Montería, el crecimiento económico jalonó toda la mejora, mientras que en Neiva, Ibagué y Bogotá hubo una mezcla entre crecimiento y redistribución efectiva, señala Galvis.
En el otro extremo, Barranquilla, a pesar del protagonismo en la narrativa oficial, lleva años estancada. Y Riohacha fue la única ciudad principal en la que aumentó la incidencia de la pobreza.
Si bien hay una reducción general, esta no es uniforme, ni mucho menos fruto de una política social efectiva. “Lo que tenemos hoy no es una redistribución funcional, sino una política que no logra transferir recursos de manera eficiente y que, en algunos casos, incluso está aumentando la pobreza”, enfatizó Galvis.
Para Enrique Sanz Posse, analista económico de la Dirección de Análisis Macroeconómico de Fedesarrollo y magíster en Economía de la Universidad de los Andes, el más reciente dato del Dane sobre pobreza monetaria deja una enseñanza clave: el motor que más empuja la reducción de la pobreza en Colombia es el crecimiento económico, no las políticas redistributivas y subsidios.
“La pobreza monetaria bajó al 31,8% en 2024, frente al 36,5% que registrábamos en 2019. Esa caída tiene una causa principal: el crecimiento económico. Es una señal clara de que el crecimiento es una condición necesaria para reducir la pobreza, mientras que la redistribución, aunque importante, tiene un impacto mucho más limitado”, aseguró Sanz en su cuenta de X.
El economista subrayó que, si el país quiere avanzar en materia social, necesita enfocarse en cómo crecer más y mejor, con aumentos en productividad y capacidad de innovación.
“Colombia debería obsesionarse con crear condiciones que promuevan la producción, la creación y la innovación. Eso pasa por revisar el exceso de regulaciones, la intervención estatal innecesaria y las distorsiones que frenan la actividad productiva”, enfatizó el analista.