Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

La mujer que logró que un río tuviera derechos habla claro: “El Atrato es vida”

Se trata de Luz Enith Mosquera, lideresa afrocolombiana clave en el proceso que reconoció al río Atrato como sujeto de derechos, quien este sábado 10 de mayo estará en el Festival Actuar por lo Vivo, conversando sobre los retos de transformar esa sentencia en una realidad para las comunidades.

  • El río Atrato, declarado sujeto de derechos en 2016, es símbolo de vida y resistencia en el Chocó. FOTO Juan Antonio Sánchez
    El río Atrato, declarado sujeto de derechos en 2016, es símbolo de vida y resistencia en el Chocó. FOTO Juan Antonio Sánchez
hace 1 hora
bookmark

Cuando nace un niño en las comunidades ribereñas del Atrato, su ombligo se entierra junto al río. Así lo cuentan las abuelas. Ese gesto ancestral, sencillo y profundo, simboliza un pacto vitalicio con las aguas que dan sentido, alimento y memoria al territorio. Para Luz Enith Mosquera, lideresa afrodescendiente, ese vínculo no es metáfora: es política, es lucha y es raíz.

Lea también: ¡Prográmese! Así será la nueva edición del festival Actuar por lo Vivo

Este sábado 10 de mayo, Mosquera, que ha sido una defensora empedernida del Atrato, compartirá su palabra en la charla Escuchar al río: poesía, cosmologías y saberes ancestrales en la defensa de la naturaleza, que tendrá lugar en el Teatro Comfama Alfonso Restrepo Moreno, a las 4:00 de la tarde, como parte de la cuarta edición del Festival Actuar por lo Vivo, un encuentro —organizado por Comfama junto a instituciones aliadas como el Instituto Humboldt, Parque Explora y La Casa Museo Otraparte— propone una reflexión colectiva sobre la vida como red de relaciones entre humanos, territorios y otros seres vivos.

Guardiana del proceso que logró que el río Atrato fuera reconocido como sujeto de derechos por la Corte Constitucional en 2016, Luz Enith ha sido clave en la defensa biocultural del Chocó. En EL COLOMBIANO hablamos con ella sobre el poder de las mujeres en la conservación, las estrategias comunitarias para educar a nuevas generaciones y el desafío de traducir una sentencia en transformación real.

Usted ha dicho que el río Atrato no se defiende solo con leyes, sino con cuerpo, palabra y comunidad. ¿Cómo se sostiene esa defensa cuando el Estado sigue ausente en los territorios?

“La fuerza de la defensa del río Atrato no nace únicamente de un ejercicio jurídico. Surge de un proceso histórico de lucha territorial y gobernanza comunitaria que lleva más de 30 años. La sentencia que reconoce al río como sujeto de derechos es resultado de esa resistencia colectiva, no su origen. Las comunidades que han defendido el territorio desde siempre lo hacen por la vida, por la continuidad de sus prácticas ancestrales, y porque el río es esencial para su existencia. Esta defensa tiene una dimensión biocultural muy fuerte: está entretejida con las prácticas tradicionales y con una comprensión del río como ser vivo. La sentencia es solo una conquista más en un camino largo de reivindicación de derechos”.

¿Qué aprendizajes dejó para usted y para su pueblo el proceso jurídico de la Sentencia T-622? Más allá del fallo, ¿qué se conquistó colectivamente en ese camino?

“La sentencia representó una oportunidad. No solo jurídica, sino de encuentro: una herramienta para que comunidades, Estado y otras entidades pudieran sentarse a dialogar sobre la gestión del Atrato. Permitió fortalecer una gobernanza paritaria y construir una agenda colectiva. Claro, aún falta mucho para que exista una política pública que entienda plenamente el concepto de sujeto de derechos. Pero este fallo abrió la puerta para incidir, para exigir garantías y para seguir defendiendo nuestros derechos bioculturales y colectivos”.

Como integrante del proceso de Guardianes del Atrato, ¿cómo han logrado traducir un fallo constitucional en acciones concretas dentro de las comunidades?

“La sentencia incluye órdenes específicas que se han traducido en planes de acción construidos colectivamente con las comunidades. Estos planes responden a problemas reales del territorio y proponen soluciones en el corto, mediano y largo plazo, tanto para recuperar el ecosistema del río como para mejorar las condiciones de vida de quienes habitan sus orillas. Sin embargo, la implementación depende de la voluntad política. Las soluciones deben ser integrales, no fragmentadas, porque los problemas del Atrato son sistémicos. Si no se responde de manera articulada, no habrá impacto real”.

En su experiencia como lideresa afrodescendiente, ¿qué lugar ocupan las mujeres en la defensa del río y qué desafíos enfrentan que aún no están en el radar nacional?

“El rol de las mujeres es fundamental. Son quienes más se relacionan con el río, quienes más lo habitan cotidianamente, y también quienes más sufren cuando ese territorio se afecta. Las prácticas tradicionales, culturales y espirituales de nuestras comunidades están fuertemente sostenidas por mujeres. Pero aún falta que sus voces lleguen a los espacios donde se toman decisiones. Es necesario que el Estado y otras instituciones reconozcan e impulsen esas prácticas de cuidado y conservación que las mujeres han mantenido históricamente. No puede hablarse de sostenibilidad sin reconocer a quienes han sido las guardianas silenciosas del territorio: las mujeres afro e indígenas”.

Infográfico
La mujer que logró que un río tuviera derechos habla claro: “El Atrato es vida”

Muchos jóvenes hoy están desconectados del territorio por razones estructurales. ¿Qué estrategias ha encontrado usted para que el Atrato vuelva a ser parte de sus vidas?

“No soy yo sola, es todo un proceso. Desde el movimiento se creó la sede interétnica de jóvenes Guardianes del Atrato. Es un espacio para fortalecer sus voces, impulsar la educación ambiental y promover ejercicios de gobernanza liderados por ellos. La idea es que los jóvenes transformen el territorio desde sus saberes, sus pasiones y sus lenguajes. Que se movilicen y movilicen a otros. Esa red busca que las nuevas generaciones no solo defiendan el Atrato, sino que lo vivan, lo comprendan y lo transformen”.

Si pudiera dejar por escrito una guía para las nuevas generaciones de guardianas y guardianes del Atrato, ¿cuáles serían las tres ideas que nunca deberían olvidar?

“Primero, que el Atrato es vida, y fue esa convicción la que nos llevó a luchar. Segundo, que tenemos una relación inseparable con él. Y tercero, que el Atrato tiene que seguir vivo para las comunidades que lo habitan. Ese es el legado”.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD