El cardenal italiano Angelo Becciu, condenado por malversación y despojado de sus privilegios por el papa Francisco, comunicó el martes su decisión de “obedecer” la decisión de la Iglesia de vetarlo del cónclave que elegirá al próximo pontífice.
Becciu, de 76 años, fue en algún momento una de las figuras más poderosas del Vaticano, asesor de Francisco e incluso considerado papable hasta que una operación inmobiliaria opaca en Londres lo llevó a la justicia y al ostracismo clerical.
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“Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y a la serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre lo he hecho”, dijo el cardenal en un comunicado enviado a la AFP por su abogado.
El religioso italiano defiende su inocencia. Insistía que era su deber participar en el cónclave que inicia el 7 de mayo. A pesar de no estar en la lista oficial de electores, aún tiene el título de cardenal y participa de las reuniones preparativas del cónclave.
El cardenal Pietro Parolin, por años el número dos en el Vaticano, presentó a Becciu dos documentos firmados por el pontífice argentino que confirmaban que no podría participar.
Una primera carta databa de 2023 y la otra del mes pasado, según el diario Domani.