Dialogamos con Orlando Berrío, campeón de la Copa Libertadores 2016 con Nacional y Flamengo 2019. El exfutbolista habló sobre su decisión de retirarse del fútbol, su intención de comprar el Pereira junto a sus socios, el momento de los verdolagas bajo la dirección de Diego Arias, su paso por Brasil y los secretos de la Libertadores en la que marcó un gol inolvidable.
¿Qué hay de su presente, qué está haciendo?
“En lo personal, estoy tomando un camino más empresarial, con varios proyectos que poco a poco van saliendo a conocimiento del público. Estoy muy contento, porque todo esto que viene ahora me permitirá darle un giro a mi vida y, de una manera más adecuada, ayudarle al fútbol que tantas alegrías y felicidad me ha dado”.
¿Por qué decidió radicarse en Antioquia y dejar el fútbol siendo tan joven, con apenas 34 años?
“Antioquia es mi casa, mi hogar. Aquí me siento querido, amado. Mi esposa es de acá, mi hija Dominique nació aquí, y la gente paisa nos ha hecho sentir muy bien. Creo que sentirse querido en una tierra, más allá de cualquier gusto económico, te lleva a quedarte. Soy feliz en Antioquia, me encanta el clima, la gente, y siento que es el lugar ideal para desarrollar mis proyectos después del fútbol”.
Usted ha mencionado un interés en comprar el Pereira. ¿Qué lo motivó a involucrarse en ese proyecto y en qué consiste?
“Con mi socio, venimos trabajando en un proyecto que no nació de la noche a la mañana. Siempre he querido devolverle al fútbol todo lo que me dio: estabilidad económica, reconocimiento y cariño. Creo que la mejor forma de hacerlo es aportando al crecimiento del balompié colombiano. En Pereira vemos una plaza muy futbolera, con gente apasionada, y queremos contribuir a que el club y el fútbol nacional crezcan. Nuestro deporte tiene mucho talento, pero falta infraestructura y visión empresarial. Queremos ayudar a construir eso”.
Usted se retiró muy joven. ¿A qué se debió esa decisión y por qué no se dio su regreso a Nacional, donde es considerado ídolo?
“Sentí que era el momento de dejar la imagen hasta donde las personas la tienen de mí. No quería terminar de una manera en la que el fútbol me dejara a mí. También porque los proyectos a los que quiero dedicarme necesitan mi tiempo ahora. En cuanto a Nacional, quiero que la gente me recuerde en mi mejor momento. Después de mis lesiones no estaba en condiciones de darle al club lo que se merece. Me gustaría tener una despedida con Nacional, claro, pero no quiero dañar la imagen que con tanto esfuerzo construí solo por cobrar un salario”.
Usted compartió camerino con Diego Arias, hoy técnico de Nacional. ¿Cómo era en ese vestuario y qué piensa de su trabajo actual?
“Me alegra mucho lo que está viviendo Diego. Es una persona apasionada por el fútbol, muy dedicado y disciplinado. Desde hace tiempo venía preparándose para ser entrenador. Lo recuerdo conversando mucho con Pacho Nájera, con Juan Pablo Ángel, aprendiendo siempre. Veía su potencial. Hoy me alegra verlo cosechar los frutos de ese trabajo; verlo en Nacional, con buenos resultados y un equipo que juega bien”.
Volvamos al tema del Pereira. ¿En qué está el negocio? ¿Qué falta para concretarlo?
“Prefiero no hablar de porcentajes porque eso puede generar falsas expectativas. Lo que sí puedo decir es que tenemos mucho interés en adquirir el Pereira, pero aún no nos hemos sentado con los dueños. Queremos entender primero la situación del club, sus deudas y compromisos. La idea es construir desde lo deportivo y empresarial. A mí me motiva especialmente la parte deportiva: preparar mejor los clubes, mejorar las infraestructuras y que nuestro fútbol alcance un nivel de profesionalismo similar al de Argentina o Brasil”.
Se ha hablado de la necesidad de crear una tercera división en Colombia, como existe en esos países. ¿Está de acuerdo con eso?
“Sí, pero con condiciones. No se trata solo de crear una C. Los clubes que asciendan deben tener infraestructura y estabilidad. En Brasil, por ejemplo, incluso los equipos de tercera o cuarta división son sociedades anónimas, tienen estadio y sede propia. Ese es el modelo que deberíamos seguir. La empresa privada debe involucrarse más; el fútbol no puede ser de unos pocos, es de todos”.
¿Se ve algún día como directivo o dirigente del fútbol profesional colombiano?
“No me veo como directivo de una entidad, pero sí aportando en proyectos deportivos. Me gustaría ver más exfutbolistas en cargos importantes, compartiendo con gente experimentada del medio. Esa combinación de visiones sería muy positiva para el fútbol colombiano. Hay muchos exjugadores preparándose y creo que eso le haría muy bien a nuestro deporte”.
Jugó en varios equipos internacionales. ¿Qué hace falta para que el fútbol colombiano llegue a ese nivel y que los jugadores se adapten mejor en el exterior?
“Tenemos que poner bases sólidas. Nuestro talento es enorme, pero falta estructura y apoyo de la empresa privada. El fútbol puede ser un gana-gana para las empresas, si ven que es rentable. Queremos demostrar que invertir en el fútbol colombiano puede generar beneficios. Además, los jugadores deben cuidar su imagen, su comportamiento. Si logramos eso, podremos atraer inversión, mejorar la profesionalización y competir de tú a tú con los grandes”.
¿Qué recuerdos tiene de esa llave ante Rosario Central del 2016?
“El partido allá fue demasiado difícil. Desde que llegamos nos hicieron sentir cierta hostilidad, pero también había gente en el hotel, hinchas de Newell’s, que nos pedían que les ganáramos por esa rivalidad. Nosotros éramos un grupo muy unido; sabíamos a qué jugábamos y teníamos una idea clara. Sabíamos que el que se equivocara iba a perder. Recuerdo esa triple atajada de Franco (Armani), y eso nos hacía pensar que en nuestra casa las cosas serían distintas. Acá el profe Reinaldo no me puso de titular y yo me enfadé con él, así que cuando me hizo entrar tenía muchas ganas. No voy a decir nunca lo que me dijo el portero, pero una cosa es provocar y otra, ofender. Me sentí ofendido e irrespetado, y por eso le canté el gol como lo hice. No estuvo bien, pero no me arrepiento”.
Hablemos de una posible final entre Nacional y Medellín. ¿Cómo lo viviría ahora como hincha?
“Me encantaría una final paisa. Como hincha de Nacional, no puedo negarlo. Hay una pequeña ‘revanchita’ pendiente, y eso hace parte del folclor del fútbol. El hincha de Medellín disfruta recordarle a Nacional esa final que ganó, y nosotros disfrutamos recordar nuestras Libertadores. Ese ambiente, esa rivalidad sana, es lo que hace tan especial el fútbol antioqueño. Hoy, los dos equipos están haciendo las cosas muy bien, y una final entre ellos sería una fiesta total para la región”.
Luiz Díaz tendría que estar nominado al Balón de oro
Berrío también se refirió a Luis Díaz como el mejor extremo del mundo: “Siento que no se le valora de la forma en que se debería; con seguridad, tendría que estar compitiendo por el Balón de Oro. Es el referente de una Selección que necesita volver a ganar un título, como lo hicieron quienes lograron la Copa América de 2001, que nos abrieron un camino. Ya es momento de que nuestra Selección nuevamente gane algo de valor, porque tenemos los jugadores y hemos estado muy cerca. Hay que conseguirlo, porque eso le va a hacer demasiado bien al fútbol colombiano. También hay que mencionar en ese renglón a James Rodríguez, porque, digan lo que digan, es un ejemplo de estar en la élite y de poner el nombre de nuestro país en lo más alto del fútbol mundial”.