x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Su abuelo huyó del Caribe con solo dos años, y hoy Cole Palmer conquista el mundo del fútbol

De rechazado en el Manchester City a rey del mundo: la historia secreta de Cole Palmer.

  • Cole Palmer, figura del Chelsea en el Mundial de Clubes. FOTOS @ChelseaFC_Sp
    Cole Palmer, figura del Chelsea en el Mundial de Clubes. FOTOS @ChelseaFC_Sp
14 de julio de 2025
bookmark

En cada pisada sobre el césped, Cole Palmer arrastra una historia que va más allá del fútbol. En sus botines no solo brilla el talento que lo consagró como el Mejor Jugador del Mundial de Clubes 2025, también ondea, bordada con sutileza pero con firmeza, la bandera de San Cristóbal y Nieves, el pequeño paraíso caribeño que habita su historia familiar. A sus 23 años, el mediapunta del Chelsea no solo es la revelación del fútbol inglés: es un símbolo de carácter, raíces y decisiones valientes.

Nacido en Manchester, en medio de la intensa rivalidad futbolera que divide a la ciudad entre celestes y rojos, Palmer creció soñando con anotar en Old Trafford, pero fue en el Etihad Stadium donde dio sus primeros pasos. Se formó desde niño en las divisiones menores del Manchester City, club al que le entregó su infancia y adolescencia. Sin embargo, en 2023, en uno de esos giros que marcan las grandes trayectorias, optó por algo inusual: dejar el club de toda la vida para fichar por el Chelsea. Una decisión que, a pesar de las dudas iniciales, marcó el inicio de su verdadero despegue.

Hoy, esa apuesta tiene nombre y trofeos. En la final del Mundial de Clubes, Palmer fue una tormenta imparable sobre el PSG. Anotó dos goles, brindó una asistencia y comandó la victoria 3-0 que coronó al Chelsea como campeón del mundo. Fue, sin lugar a dudas, su partido más importante. También fue el más simbólico: el día en que ese niño que escuchaba las historias de su abuelo caribeño desde una casa en Manchester, se convirtió en protagonista del fútbol global.

Y es que su historia no se escribe solo con goles. Detrás del éxito hay una narrativa migrante tejida con esfuerzo y resiliencia. Su abuelo paterno, Sterry Palmer, nació en Brumaire en 1953, en una casa de madera construida por sus propios padres en San Cristóbal y Nieves. A los dos años, Sterry dejó la isla con su familia rumbo al Reino Unido, atendiendo al llamado del gobierno británico que, tras la Segunda Guerra Mundial, abrió las puertas a los ciudadanos de las colonias para reconstruir el país. Fue en Manchester donde Sterry descubrió el fútbol y jugó en el West Manchester Boys, sembrando la semilla que, décadas más tarde, germinaría en su nieto.

Fue él, el abuelo, quien llevó a Cole a sus primeros partidos. Fue él quien le enseñó que el fútbol es más que técnica y velocidad: es entrega, orgullo y corazón. Palmer nunca olvidó esa influencia. De hecho, suele mencionarlo en entrevistas, como si su memoria fuera una brújula emocional en medio del vértigo de la fama. En cada partido, esa conexión se revive en un gesto: la bandera caribeña que luce en sus botines. Es su forma de decir “aquí estoy, pero sé de dónde vengo”.

Curiosamente, Palmer nunca ocultó que en su niñez era hincha del Manchester United. Y esa paradoja, la de haber sido formado por el City, idolatrar al United y consolidarse en el Chelsea, refleja su naturaleza: la de alguien que no teme romper moldes ni cambiar de rumbo. Hoy, en Stamford Bridge, no solo lo valoran por su talento, sino por su madurez. En una temporada en la que ya acumula 3 goles y 2 asistencias en el Mundial de Clubes, y 15 goles y 11 asistencias en otras competencias, Palmer se ha convertido en el faro de un Chelsea renovado.

Su ascenso, sin embargo, no parece ser un destino final, sino apenas el comienzo. En cada jugada se percibe el hambre del que no se conforma. Y mientras la Premier League lo aplaude y Europa lo observa con atención, él sigue jugando con la misma pasión de aquel niño que correteaba por los parques de Manchester, alentado por la voz firme de su abuelo caribeño.

Cole Palmer no solo es el MVP del Mundial de Clubes. Es el heredero de una historia que mezcla pasión, migración y orgullo. Y si algo ha dejado claro con su fútbol, es que todavía tiene muchas páginas por escribir.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Liga Betplay

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida