Prodemm –Profeta de mi mundo– es uno de los pocos colombianos que ha tenido participaciones destacadas en las batallas escritas, esa modalidad de la cultura hiphop que mezcla la adrenalina de la lucha con público, con el rigor de la composiciones de canciones. Nacido en Medellín y educado en el barrio Aranjuez, este compositor y rapero hace parte de la internacionalización de los géneros urbanos de la ciudad.
Antes de seguir, hablemos de qué son las batallas escritas. A diferencia del freestyle —donde la improvisación es el eje—, las batallas escritas se preparan con meses de antelación. “Nos dan dos o tres meses para prepararnos. Sabemos contra quién vamos y el rival también sabe que va contra uno. Es como un juego de ajedrez: hay que intentar anticiparse al otro sin volverse predecible”, dice Prodemm, luego de su participación en Liga Bazooca, el certamen internacional realizado en argentina, que llenó el Movistar Arena de Buenos Aire y en el que se midió a un aguado Gustavo Ramos.
Volvamos al personaje. Prodemm comenzó la carrera en este formato gracias a su participación en Barras de Sangre, una liga mexicana que visitó Medellín en 2018. “Participé gracias a la recomendación de un amigo. Me fue bien y eso me abrió muchas puertas”, recuerda. Su desempeño le valió una invitación a México en 2019, un viaje que marcaría un antes y un después en su carrera.
Ese primer viaje fue también su primera salida del país. “La liga solo me cubrió los vuelos. Todo lo demás lo puse yo. Era una apuesta: o lo hacía bien o pasaba sin pena ni gloria”, cuenta. La jugada resultó ganadora. Su actuación fue tan destacada que varios organizadores mexicanos tomaron nota, entre ellos quienes estaban detrás de las batallas Spit MX, además del rapero Sipo, este último figura clave del circuito. “Aunque era un evento underground, me abrió muchas puertas”.
Su historia en el hip hop paisa tiene raíces profundas. En su barrio de infancia conoció a los Alcolirykoz, en especial a Gambeta, y mantuvo vínculos con Crew Peligrosos. También conoció a Los Bardos, un grupo con el que empezó a rapear de forma directa.
Sus primeros pasos fueron en el freestyle, cuando las batallas aún se concertaban en bares pequeños y ante públicos formados casi exclusivamente por raperos. En ese entonces empezaban a emerger figuras de la dimensión de Gambeta; incluso J Balvin participó ocasionalmente en las batallas. “Entré un poco después de ellos, pero aún los veía por ahí. Chelo, que ya falleció, también era un referente”, recuerda.
No obstante, su verdadera pasión siempre fue la composición. “Me interesaba más hacer música que improvisar”. Esa inclinación lo llevó a los discos Profeta de mi mundo y Efecto Mandela. Además, en su historial tiene el hito de haber participado en al cypher convocado por Crudo Means Raw, que con los años se ha convertido en un momento fundacional del nuevo rap de Medellín.
Prodemm se autodefine como un competidor que apuesta por la creatividad antes que por el ataque personal. “No me interesa demostrar que soy mejor persona que el otro o meterme con su vida. Me gusta mostrar, con creatividad, que escribo mejor. Por eso me llaman el caballero de las barras”. Prefiere centrarse en la parte artística del oponente, y destruir desde ahí.
Aunque reconoce que los ataques personales hacen parte del formato, no conecta con las agresiones vacías. “Si hay creatividad, lo valoro. Incluso cuando me tiran algo y pienso ‘¿cómo no se me ocurrió a mí?’, lo disfruto. Pero todos queremos ganar, y eso exige contener las reacciones, no gesticular, mantener el enfoque”.
Hoy, con más de 30 años, Prodemm representa a una generación que rompió con la idea de que el rap competitivo es solo para jóvenes. En un mundo donde las batallas escritas reclaman cada vez mayor profundidad, conocimiento y construcción artística, su figura se consolida en el circuito de la improvisación, las letras y los beat.
