Al menos 51 personas murieron durante las violentas protestas que sacudieron Nepal esta semana, dijo la Policía este viernes en su último balance, mientras comienza a conocerse la magnitud del caos que derrocó al gobierno.
Más de 12.500 prisioneros que escaparon de múltiples cárceles en todo el país siguen prófugos, dijo el portavoz de la institución, Binod Ghimire.
Las protestas empezaron el lunes en Katmandú y otras ciudades, contra la corrupción y la decisión del gobierno de bloquear las redes sociales.
El primer ministro, KP Sharma Oli, anunció su dimisión el martes, durante una jornada marcada por los disturbios en la que manifestantes quemaron la sede del Parlamento, edificios del gobierno, un centro comercial y un hotel Hilton.
A pesar del restablecimiento de plataformas como Facebook, X o YouTube, la promesa de una investigación sobre la violencia policial y la renuncia del primer ministro, algunos grupos de jóvenes manifestantes, bajo el paraguas de “Generación Z”, saquearon el martes edificios públicos y las viviendas de varios dirigentes.