¿El expresidente Álvaro Uribe ordenó o no a las senadoras Paloma Valencia y María Fernanda Cabal no votar por el referendo promovido por el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón? Es la pregunta que aún ronda corrillos políticos del departamento.
El caso no es menor si se tiene en cuenta que, más allá del caso puntual del referendo, podría significar un distanciamiento entre el jefe natural del Centro Democrático y el gobernador que hoy aparece como una de las principales figuras de dicho partido.
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Algunos medios han publicado que así habría sido: Uribe habría dado la orden, las senadoras se ausentaron de la votación en Comisión Primera, y el proyecto de referendo para el cual se habían recogido más de 3 millones de firmas en todo el país no pasó el examen con 8 votos en contra, 7 a favor y 6 ausencias.
Sin embargo, EL COLOMBIANO pudo establecer que el expresidente Uribe no dio la orden de votar en contra del referendo por una razón sencilla: porque los integrantes del Centro Democrático habían llegado mucho antes a la conclusión de no acompañar este proyecto porque lo consideraban antipático de cara a los intereses del resto del país.
El tema del referendo había sido tema de conversación desde tiempo atrás.
Incluso desde la campaña, cuando Rendón apenas era candidato. El gobernador le había presentado la propuesta a Álvaro Uribe y a otros miembros de su partido y desde entonces el expresidente había expresado no estar de acuerdo con la propuesta.
De hecho, según comentó un asistente a una de esas reuniones, la senadora Valencia le habría dicho a Rendón que parecía un proyecto en favor de “departamentos ricos” y en vista de que a ella le toca defender intereses de departamentos como el Cauca mostró su oposición desde el principio.
“Uribe se lo dijo a Rendón incluso desde cuando el gobernador era apenas candidato, que no le parecía esa idea. Y menos aún ahora en época electoral. Cómo va a llegar uno a Ibagué o a Villavicencio a pedir que lo apoyen, si por otro lado votamos a favor de restarle presupuesto a sus departamentos”, dice un senador.
El propio Uribe le dijo a Rendón que no le parecía buena idea quitarle a la Nación de los ingresos corrientes, con el argumento de que se generaba un desequilibrio pues prácticamente se le entregaría a los departamentos la administración de sus ingresos por renta y patrimonio, que es la bolsa de la cual el Gobierno Nacional distribuye recursos a todos los departamentos.
Que más bien —le habría sugerido Uribe al gobernador— pensará en una reforma para aumentar las transferencias. “Gobernador, al que debe quitársele es al sector central que es el derrochón”, le habría dicho Uribe a Rendón. E incluso, le sugirió liderar una reforma a las transferencias del Sistema General de Participaciones —las que envía la Nación para educación y salud a los departamentos— que para ese momento estaban extrañamente bajas.
En efecto, si bien la Constitución exige que las transferencias sean del 40%, habían caído al 21%. De hecho, el gobierno de Gustavo Petro promovió esa reforma y pasó sus ocho debates en el Congreso con un apoyo mayoritario, incluido el de la bancada del Centro Democrático.
Precisamente, hace unas semanas, un senador hizo un sondeo informal en la plenaria y ratificó que el proyecto del referendo iba a ser derrotado por goleada. Encontró así el Centro Democrático otra razón más para no darse la pela de apoyar el referendo, que les podría costar en las calles a la hora de buscar votos, y no parecía que fuera ver la luz al final del túnel en el Congreso.
¿Están bravos el expresidente Uribe y el gobernador Rendón?
¿Hasta qué punto esta discrepancia entre el expresidente Uribe y el gobernador Rendón ha resquebrajado las relaciones entre ambos dirigentes?
Hay que decir que no es la primera diferencia. Ya Uribe había expresado su desacuerdo con la tasa de seguridad que impuso Rendón con el argumento de que los colombianos ya están copados de impuestos.
Si bien la relación sigue siendo cordial, esos dos no-apoyos han mortificado sin duda a Rendón. En particular el del referendo al que el gobernador le puso tanto entusiasmo y constituía una apuesta para él determinante. Su argumento ha sido que el centralismo se engulle mucho más del presupuesto de las regiones del que debiera y los departamentos, a su vez, podrían hacer un uso más eficiente de los recursos.
Por su parte, el expresidente Álvaro Uribe, si bien es respetuoso del gobernador Rendón y de su ejercicio de gobierno, también habrá echado de menos que Rendón no tenga en cuenta sus conversaciones o recomendaciones.
El gobernador dando peleas impopulares pero para algunos necesarias. Y su partido, el Centro Democrático, tratando de ganar las elecciones de marzo.