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Logro histórico: EPM aseguró la provisión de agua por 60 años para el Valle de Aburrá

EPM concluyó con éxito varias obras de su plan de modernización de largo plazo para el sistema de acueducto e incrementó la capacidad de producción de sus dos plantas de potabilización más importantes. Así consiguió esta hazaña.

  • Al tener dos fuentes, la de Riogrande y La Fe (imagen), el suministro ya no será sectorizado, sino para toda la ciudad. FOTO Camilo Suárez
    Al tener dos fuentes, la de Riogrande y La Fe (imagen), el suministro ya no será sectorizado, sino para toda la ciudad. FOTO Camilo Suárez
  • La modernización de las plantas de Manantiales y Ayurá se cuentan como hitos de la modernización del acueducto. FOTO Julio Herrera
    La modernización de las plantas de Manantiales y Ayurá se cuentan como hitos de la modernización del acueducto. FOTO Julio Herrera
hace 16 minutos
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Medellín ya tiene un acueducto listo para abastecer a la ciudad durante los próximos 60 años.

Este año, Empresas Públicas Medellín (EPM) logró consolidar varios hitos producto de un trabajo acumulado de más de una década.

Dentro de los resultados más importantes se destacan la modernización de las plantas de tratamiento más robustas del Valle de Aburrá –Manantiales y Ayurá– así como avances significativos en la integración del suministro de los embalses de La Fe y Riogrande, permitiendo que tanto el sur como el norte tengan mayor margen de acción en caso de problemas operativos.

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Santiago Wilches Yepes, gerente de Acueducto y Alcantarillado de EPM, explica que el más reciente plan de inversiones desarrollado por la empresa fue formulado hace 15 años, en un ejercicio en el que se concibió la necesidad de la ciudad de tener mayor flexibilidad operativa y blindar al sistema de interrupciones.

En cifras redondas, en un horizonte de dos décadas, dichas planeaciones contemplan una inversión aproximada de $14 billones, en una proyección que incluye no solo la expansión del sistema, sino la modernización y la mejora de múltiples procesos.

“Las inversiones más importantes actualmente son la modernización de ambas plantas para que produzcan más agua, manteniendo la calidad. También ejecutamos optimizaciones en las conducciones primarias o redes matriz y construimos tuberías nuevas para permitir la interconexión entre tanques”, expresó el gerente de Acueducto de EPM.

Retos de un sistema centenario

Pese a ser uno de los sistemas con mejores indicadores de calidad en el país, el acueducto de EPM en el Valle de Aburrá aún tiene muchos problemas por resolver.

Concebido a finales del siglo XIX, el acueducto de Medellín primero se abasteció de la quebrada Santa Elena y ya entrado el siglo XX del embalse de Piedras Blancas, que implicó la construcción de varios tanques de almacenamiento que sentaron las bases de un sistema más moderno.

No obstante, fue en la segunda mitad del siglo XX, luego de la constitución de EPM y una explosión demográfica que posicionó a Medellín como el segundo núcleo urbano más poblado del país, que la ciudad concentró sus esfuerzos en construir una nueva planta de tratamiento capaz de atender a más de 1 millón de personas.

Esta gran planta se bautizó como La Ayurá y se abasteció de las aguas del embalse La Fe, ubicado en jurisdicción del municipio de El Retiro.

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Hasta hace poco, los cálculos de EPM daban cuenta de que La Ayurá era la responsable de abastecer a aproximadamente el 60% de la población del Valle de Aburrá y ya estaba en capacidad de tratar el agua para 2,1 millones de habitantes.

La segunda mitad importante del sistema de acueducto contemporáneo de la capital antioqueña apareció en la década de 1990, cuando se puso en funcionamiento la planta de tratamiento Manantiales de Bello, en 1992.

Este complejo fue diseñado para aprovechar el agua del embalse de Riogrande, de mayor envergadura que el de La Fe en el Retiro y pensado para atender la demanda de la ciudad por lo menos hasta el 2050.

La modernización de las plantas de Manantiales y Ayurá se cuentan como hitos de la modernización del acueducto. FOTO Julio Herrera
La modernización de las plantas de Manantiales y Ayurá se cuentan como hitos de la modernización del acueducto. FOTO Julio Herrera

Pese a ser un sistema robusto, este todavía es vulnerable en términos operativos, tal como quedó en evidencia en meses recientes con los cortes que tuvieron que implementarse tanto en el sur del Valle de Aburrá –por cuenta de los trabajos realizados en La Fe– y en el norte por los trabajos realizados en Riogrande.

En años recientes, el sistema también mostró la necesidad de emprender obras de fortalecimiento y ampliación en el occidente de Medellín, una de las franjas en las que se ha concentrado el crecimiento urbano y en donde el suministro de la quebrada La Iguaná tiende a quedarse corto durante las temporadas de menos lluvias.

Hasta hace dos años, en el occidente eran todavía comunes las imágenes de carrotanques de EPM que debían ser desplegados para abastecer a más de 9.600 familias afectadas por los caprichos del clima.

Para resolver esta oscilación del servicio, EPM anunció en 2024 una inversión de más de $23.000 millones para construir un tanque de más de 2.000 metros cúbicos y un nuevo sistema de bombeo, capaz de llevar agua a gran parte de la ladera occidental en la comuna de Robledo.

Desde 2017, el proyecto Cadena Occidente fue también capaz de habilitar una nueva red primaria de acueducto en el barrio Calasanz, una de las zonas con mayor crecimiento urbano de sector de la ciudad, así como fortalecer el suministro en los barrios Palenque, Belencito y La América. En esta inversión de largo aliento, EPM añadió que fueron más de $435.000 millones destinados desde hace más de ocho años.

Las inversiones de este año

En medio de este esfuerzo continuado, el gerente Wilches apuntó que durante este año se lograron concretar por lo menos tres hitos, sobre todo en materia de modernización de las plantas La Ayurá y Manantiales y la construcción de una salida adicional en esta última, que amplió ostensiblemente la capacidad para abastecer a toda la región metropolitana.

“Llevamos más de 10 años construyendo infraestructura paulatinamente. Nuestro sistema cuenta con alrededor de 140 tanques de almacenamiento distribuidos por la ciudad. Lo que hemos logrado este año son hitos importantes en la capacidad de las plantas para que el agua alcance para más tanques. Los hitos más grandes han sido la modernización de las plantas y la tercera salida de Manantiales, un tubo adicional para llevar más agua”, expresó el funcionario.

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De acuerdo con los datos consolidados de EPM, Manantiales y La Ayurá actualmente abastecen cerca del 90% del sistema.

Mientras la Fe tiene un volumen de 11 millones de metros cúbicos, Riogrande tiene uno de 140 millones.

Wilches apuntó que las inversiones más importantes realizadas este año se enfocaron en robustecer las capacidades técnicas de ambas plantas, para que puedan incrementar su producción de agua sin que los indicadores de calidad se vean afectados.

En paralelo, la empresa también optimizó conducciones primarias (también conocidas como redes matriz) y habilitó más tuberías para permitir la interconexión entre tanques.

“Este año, las inversiones se acercan a los $600.000 millones, de los cuales unos $330.000 millones son para acueducto y el resto para alcantarillado. Esto incluye la tercera salida de Manantiales, que permite traer más agua del norte hacia el sur”, señaló.

Pese a que todavía no es posible que, en un escenario hipotético, Manantiales abastezca a todo el sur del Aburrá, el gerente de Acueducto apuntó que la redundancia del sistema (es decir, la capacidad para no depender de una sola fuente) tuvo grandes logros.

“Un ejemplo fue la parada de la planta Manantiales en octubre; aunque atiende al 45% de los clientes, gracias a la flexibilidad operativa solo se afectó al 28% o 29%. Todavía tenemos restricciones en municipios del norte como Copacabana, donde no puede llegar agua desde el sur, pero seguimos trabajando en esa redundancia”, expresó.

¿Qué es lo que sigue?

Además de las ampliaciones concretadas este año, EPM señaló que en un horizonte de corto y mediano plazo tiene planilladas más inversiones para seguir actualizando ambas plantas de tratamiento y ampliando la infraestructura en el occidente de Medellín.

De igual forma, en el oriente de Medellín, está prevista la instalación de sistemas de bombeo, sobre todo en la franja norte, una de las más densamente pobladas.

“En alcantarillado, avanzamos con los interceptores Sur, Norte (Copacabana) y Oriental, además de eliminar descargas en el río y quebradas. También trabajamos en la reposición de redes y proyectos de ciudad como el Metro de la 80. Nuestra infraestructura es muy robusta: tenemos 4.500 km de red de acueducto y 5.000 km de red de alcantarillado, con tuberías de hasta un metro de diámetro. Estamos actualizando plantas de 25 y 30 años con nuevas tecnologías para garantizar la calidad ante un entorno cambiante”, agregó.

Sobre estos planes también se refirió el gerente de EPM, John Maya Salazar, quien anticipó que la compañía se ha fijado el objetivo de lograr la universalización de los servicios públicos en Medellín para el 2035, una meta ambiciosa pese a que la cobertura en la zona de prestación ya es del 98%.

En esta tarea, además de las grandes intervenciones de infraestructura, la compañía también le imprimió un nuevo impulso a programas como Unidos por el Agua, que comprende por lo menos tres estrategias.

La primera de ellas está asociada a las denominadas áreas de difícil gestión; es decir, aquellas situadas en los asentamientos irregulares de la región metropolitana en los que los hogares se han abastecido históricamente por conexiones piratas o artesanales, muchas veces construidas por la misma comunidad.

En los hogares conectados de esta manera al sistema, el plan de EPM consiste en construir redes nuevas cuyo costo no sea cargado a los hogares.

En este caso, las redes pueden ser convencionales o no convencionales, dado que se trata de zonas en las que hay asentamientos no cobijados por las normativas de planeación.

Una segunda estrategia consiste en la extensión de redes para zonas que sí están cobijadas y habilitadas por las normas urbanas.

En este escenario, el objetivo de EPM es el de darle facilidades a los hogares para que financien sus conexiones a la red de EPM, que son cargados a la factura de servicios públicos y que pueden pagarse en plazos de hasta diez años.

Finalmente, la tercera estrategia está focalizada en las viviendas situadas en barrios estrato 1, 2 y 3, en los que ya hay redes instaladas por parte de EPM y en donde las conexiones nuevas también son financiadas por la empresa, con plazos de hasta 120 cuotas mensuales.

En un corte de cuentas presentado este mes por la Alcaldía de Medellín, el Distrito señaló que, solamente en la capital antioqueña, ya van por lo menos 12.736 familias nuevas que a través del programa Unidos por el Agua han logrado acceder formalmente al servicio de agua potable.

Desde la Secretaría de Salud de Medellín se advirtió que, además de mejorar la cobertura, la estrategia ha sido clave para los trabajos de prevención de enfermedades que se asocian al consumo de agua contaminada

Este año, fueron sectores como Carambolas, Carpinelo 1 y 2, La Avanzada, Altos de la Virgen, Tanque Santa Elena, El Cristo, Blanquizal y 8 de Marzo los sitios en los que se desarrollaron obras.

“Este programa contribuye con un elemento fundamental para la salud pública. Cuando no tenemos acceso a agua potable, se incrementan los casos de enfermedad diarreica, hepatitis A, cólera y fiebre tifoidea, enfermedades transmitidas por alimentos y por agua no potable”, recordó Natalia López Delgado, secretaria de Salud de Medellín.

De igual forma, EPM recalcó entonces que dicha ampliación también va de la mano con mantener altos estándares de calidad internacionales, sin importar si se trata de zonas regulares o de difícil gestión.

“Laboramos para lograr una calidad del agua superior a los estándares normativos nacionales, de modo que llegue a todas las comunidades que abastecemos con agua potable, tanto a los usuarios actuales como a los futuros, e incluso a zonas de difícil gestión como aquellas que hacen parte del programa Unidos por el Agua”, expresó por su parte el jefe de Potabilización de EPM, Rodolfo Mira.

En el distrito la meta es que por lo menos 50.000 hogares ubicados en territorios excluidos y de difícil gestión puedan conectarse al sistema.

Finalmente, regresando a las proyecciones metropolitanas, otro de los lugares en los que EPM está centrando sus esfuerzos por robustecer la red es el sur del Valle de Aburrá, especialmente en la zona de expansión de La Estrella.

En este último municipio, zonas como Pueblo Viejo y La Tablaza han sido foco de debate público por concentrar una importante cantidad de desarrollos inmobiliarios que dependían de acueductos veredales sin capacidad de cubrir un incremento exponencial de la población.

Tal como lo registró este diario desde 2023, el drama para compradores de proyectos residenciales de torres de más de 20 pisos situados en estos lugares era el de toparse con viviendas abastecidas de aguas provenientes de quebradas que durante la temporada seca se quedaban sin caudal para atender la demanda.

En 2025, EPM puso en funcionamiento dos tanques nuevos de almacenamiento tanto para Pueblo Viejo como para La Tablaza, mientras la construcción de las redes de distribución hace parte de las inversiones contempladas en el plan maestro del municipio de La Estrella.

Frente a estas inversiones, el gerente Maya Salazar agregó que gracias a los trabajos desarrollados este año Medellín pudo ser una de las ciudades que no tuvo que racionar agua pese a la intensidad del fenómeno de El Niño, como sí ocurrió en Bogotá.

“Al tener las dos fuentes, la de Riogrande y La Fe, tenemos el suministro ya no sectorizado, sino para toda la ciudad. Eso nos da esa autonomía de tener agua por 60 años. Comparado con el anterior fenómeno de El Niño, el verano prolongado y severo que hubo en el 2024, muchas ciudades en Colombia, caso de Bogotá, se quedaron sin agua. Medellín no tuvo ningún problema y en las mismas condiciones climáticas”, dijo.

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