En diciembre, con la cercanía del nuevo año, casi todo el mundo se ejercita en los balances. A veces, al mirar entre las luces de los alumbrados el año que termina se tiene la sensación de que el tiempo es elástico. Es decir, cuando uno ajusta la caja consigo mismo percibe la prisa del reloj y, vaya paradoja, su lentitud. Tal vez por eso los medios culturales publicamos listas de lo mejor, de lo más leído, comprado y comentado de cada año. Esa acumulación de datos ofrece la certeza de que el año se fue, pero sigue en nosotros, de una manera extraña. Sigue presente en los libros leídos, en las pelis vistas, en los discos que en su momento hicieron repeat en la mente y en el alma.
¿Cómo hacer una lista de los libros recomendables de 2025? Hay dos caminos: el de las ventas o el de los amigos. Comencemos con el primero. Desde hace un lustro, las obras de autoayuda o de estoicismo soft están en el podio del listado de los más vendidos en el país. Dicha información ofrece pistas para los estudiosos de los consumos culturales y de las tendencias en la opinión pública. Pero no resulta tan útil para los lectores que quieren ponerse al día con las lecturas en las vacaciones de diciembre y enero. Con esto en mente, pasemos al segundo. Bien vista, la lectura es una conversación entre los universos de los lectores y de los escritores. Si coincidimos en esto, no tendremos problema en aceptar que recomendar un libro es uno de los actos de la amistad. En este punto resulta obvio cuál fue el camino escogido para hacer esta lista.
A la gente le interesa leer aquello que le recuerda quien cree ser. Le pedimos a diferentes actores del mundo de la cultura que nos hablaran de los libros de 2025 que les dejaron mejor sabor de boca. Muy pronto caímos en la cuenta de la arbitrariedad de pensar que los libros son del año en que salieron al mercado y no de aquel en que llegaron a nuestras manos o estuvieron en la mesita de noche. En consecuencia, respetamos la inclusión de obras de años anteriores que por alguna razón tuvieron presencia en este.
En estas recomendaciones hay de todo. Pase, antójese, lea lo que quiera y recomiéndele a sus amigos y familiares los libros que le han dado claves para entender el mundo y a sí mismo.
Paola Mejía, Cultura Comfama
A veces la vida va tan rápido que uno apenas alcanza a tomarse un tinto entre tarea y tarea. Y justo por eso leer se vuelve casi un lujo... pero también un salvavidas. Por eso hoy quiero contarles sobre cinco libros publicados este año y que llegan como esos amigos que uno no sabía que necesitaba, pero que terminan tocándole el alma. Con ellos, si cambiamos el tinto por una copa de vino, se siente mucho mejor.
Los nombres de Feliza, Juan Gabriel Vásquez. Animales difíciles, de Rosa Montero. Noche negra, de Pilar Quintana. Soy la daga, soy la herida, de Laura Restrepo. La pasión de los extraños, de Marina Garcés
Iván Gallo, periodista
Cuando supe que sólo viviría, en los cálculos más optimistas, ochenta años, empecé a envidiar a los vampiros. En Sólo los amantes viven para siempre, la película de Jim Jarmush, una empusa de dos mil años aprende una técnica fascinante: leer al tacto. Eso quiere decir que en 1.000 caricias puedas abarcar al Quijote y luego seguir con La guerra y la paz y agotar rápidamente toda la santa lista. Pero soy mortal y tendré que leer cinco libros por mes, en medio de las entregas, los trabajos de la casa, mis angustias como humano, lo que da un pobre número de 70 libros por año.
Tierra de empusas, de Olga Tokarczuk. La vida infausta del negro Apolinar, de León Valencia. Ciencia ficción y capitalismo, de Michel Nieva. El eternauta, de H.G. Oesterheld. Alguien camina sobre tu tumba, de Mariana Enriquez.
Mi selección de libros preferidos para este 2025 pareciera que no tiene un tema en común, como me pasa regularmente cuando entro a un tema y lo exprimo. Esta vez fui picando libros aquí y allá, y ahora que los listo me doy cuenta de que sí hubo un tema: la memoria y la familia. El que más me divirtió fue Marciano, que viajó conmigo a Caracas, y se lo entregué a alguien a media lectura, todo rayado y lleno de notas. El libro de Salomé me conmovió profundamente; entrar a la casa de Hilda, conocer a su esposo y a su nieta, y compartir la alegría de verla volver de la muerte, fue una dicha. Así mismo con el resto: cada uno de ellos habló de una parte de su vida, de su memoria. Ojalá ustedes puedan entrar a ellos y disfrutar de la misma forma.
El ciclo del agua, de Carlos Andrés Salazar. La frontera encantada, de Giuseppe Caputo. Las raíces de la luz, de Andrea Beaudion Valenzuela. Marciano, de Nona Fernández. La segunda venida de Hilda Bustamante, de Salomé Esper.
David Eufrasio Guzmán, escritor
Entre mis mejores lecturas de este año: ensayos que nacen de la observación paciente y la reflexión sobre obras de arte que guardaban nuevas ideas y formas de contemplarlas. Ensayos íntimos, entre la ternura, el amor y la inquietud de nacer al mundo como padre. Un artefacto artístico e histórico con traje de novela que viaja a la Colombia del siglo XIX para contarnos, entre aventuras y un manejo elástico del lenguaje y de los géneros, la obsesión de un pintor que va tras otro. Una historia perturbadora y delirante, con humor negro y ritmo vertiginoso, narrada por una mujer hastiada con su bebé recién nacido, su esposo y su familia, un personaje al borde de la psicosis. Y unos poemas de calle y bar, con tufo y aliento amargo, de un escritor que ha meditado su vida con sus noches y madrugadas, y, sobre todo, que ha bebido.
Formas de abrazar un objeto, de Alejandra Arcila Yepes. Un ruido de fondo que nunca se apaga, de Sebastián Gaviria Quintero. Donde está ese calendario había un dibujo de un molino, de Jorge Iván Agudelo. Peregrino Transparente, de Juan Cárdenas, Periférica. Matate Amor, de Ariana Harwicz.
Laura Martínez, Creadora de @datoliterario
La literatura de este 2025 se convirtió en ese mundo de letras que no solo entretiene, también cuestiona. En cada una de las siguientes recomendaciones encontrarán el refugio que le dio vida a preguntas que creía olvidadas pero también a descubrimientos de una Colombia literaria. Cada una desde diferentes regiones, con reflexiones y preguntas que cada escritor/a termina por complementar y reflexiones que seguramente acompañarán las nuevas preguntas del 2026.
Ciudad Laser, de Mariantuá Correa. Ritos Postergados, de Juan Camilo Morales. El Laberinto del Parqueadero Padilla, de Diana Salinas. El ciclo del Agua, de Carlos Andrés Salazar. Querido Muerto mio, de Felipe Nuñez Maestre. Esta herida llena de peces, de Lorena Salazar Mazo.