Por JOHAN ALEXIS GARCÍA BLANDÓN
Hubo un tiempo en el que trabajar para una empresa extranjera desde el propio país, o incluso desde cualquier rincón del mundo, parecía un sueño que solo alcanzaban unos pocos. Más aún si se hablaba de recibir pagos en dólares o euros sin haber salido nunca de Colombia. Pero los tiempos han cambiado. Hoy día, cada vez más profesionales colombianos se están abriendo camino en el mercado global gracias a la expansión del trabajo remoto y la demanda creciente por perfiles cualificados en tecnología, marketing, ventas y otras áreas estratégicas.
Según el más reciente Reporte Global sobre la Contratación Internacional de la plataforma Deel, la vinculación de profesionales locales a empresas extranjeras creció un 55% durante 2024, consolidando a Colombia como el segundo país de Latinoamérica con mayor número de talentos contratados desde el exterior, superando a potencias regionales como México (54 %), Argentina (54 %) y Brasil (53 %). Solo Chile está por encima, con un 67 %.
Pero este crecimiento se traduce solamente en cifras, pues está convulsionando el mapa laboral y marcando una diferencia en el bolsillo de los trabajadores: los ingresos de la generación Z aumentaron un 7 %, mientras que los millennials y la generación X también vieron incrementos del 6 %, en promedio. Y no es coincidencia porque la participación de los más jóvenes en contrataciones internacionales creció un 116 %, superando con creces la de millennials (57 %) y generación X (51 %).
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Historia de una nómada colombiana
Ese nuevo panorama lo vive y lo aprovecha Jéssica Gómez, quien además de ser una profesional que lleva varios años desempeñándose como nómada digital, es más conocida en redes sociales como @lamorlecuenta, pues crea contenido sobre empleo. Ha trabajado desde Colombia, o donde esté, y ha hecho parte de compañías de países como India, Dubái, Israel, Estados Unidos y Hong Kong. Su historia como nómada digital comenzó por allá en 2019 viendo blogs en YouTube, inspirada por una influencer viajera que compartía cómo viajaba por el mundo mientras trabajaba en línea.
“Empecé a seguir lo que hacía, las plataformas que recomendaba y me lancé. Descubrí Fiverr y Upwork, (plataformas internacionales de empleo) aunque fue en esta última donde realmente encontré una oportunidad. Vi una oferta en inglés, y yo no hablaba inglés, pero como era para abrir mercado en Latinoamérica, pensé: ‘necesitan a alguien que hable español’. Me postulé y me llamaron”, contó entre risas.
Su primer sueldo fue de apenas tres (3) dólares la hora, pero esa experiencia fue la puerta de entrada a un nuevo estilo de vida y de trabajo. En estos momentos desempeña roles estratégicos como Business Development Representative, ayudando a empresas extranjeras a posicionarse en países de América Latina. Antes de eso, fue Sales Agent, Appointment Setter y coordinadora de eventos B2B, organizando aspectos como generación de leads, cotizaciones y confirmación de participantes.
Jéssica destacó que lo que más valoran las empresas extranjeras del talento colombiano es su capacidad de ir más allá. “No solo cumplimos con lo que nos piden, también aportamos ideas, creatividad y nos arriesgamos a proponer. Eso se valora muchísimo, porque ayudamos a que la visión de la empresa crezca”.
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Los perfiles que más buscan las empresas extranjeras
Desde la experiencia de Adecco Colombia, los perfiles tecnológicos son los más solicitados por las compañías extranjeras. María Paula Hernández, Digital & International Manager de la firma, explicó que en estos momentos hay una fuerte demanda por desarrolladores de software, ingenieros en sistemas, especialistas en datos, inteligencia artificial y ciberseguridad.
Pero eso no es todo. También crecen las oportunidades en atención al cliente bilingüe, gestión de proyectos, marketing digital, community management, diseño UX/UI y posicionamiento web. Es decir, un abanico que va más allá de lo técnico y pasa por lo creativo y comercial.
Coincidiendo con esta visión, Jéssica señaló que los roles más demandados para quienes aspiran a trabajar desde cualquier lugar del mundo hoy abarcan el realizado por los data analysts, porque los datos se han convertido en el nuevo oro de las empresas. Especialistas en marketing digital y SEO también son indispensables para aumentar visibilidad. Además de los scrum masters y project managers, que lideran equipos deslocalizados y los profesionales en ciberseguridad, que ya no son un lujo tenerlos para las organizaciones, sino una necesidad básica.
Ciudades de Colombia que más exportan talento
Las grandes ciudades como Bogotá y Medellín siguen siendo polos de atracción laboral, pero cada vez más regiones como Risaralda, Valle del Cauca y La Guajira empiezan a figurar en el radar internacional. Según María Paula Hernández, la capital antioqueña se convirtió en un referente en innovación y tecnología, mientras el Distrito Capital continúa siendo el centro de operaciones de múltiples industrias.
Y aunque muchas veces el talento no migra físicamente, la migración laboral digital ya tiene efectos dentro del país. “El impacto de la salida de talento se siente sobre todo en sectores como tecnología, salud e ingeniería. Las vacantes se tardan más en cubrir, y las empresas locales enfrentan retos serios para retener perfiles vitales”, advirtió la vocera de Adecco.
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¿Qué gana y qué pierde Colombia con la salida del talento?
Para quienes logran insertarse en esta dinámica global, los beneficios son evidentes. Jéssica lo resumió en tres fundamentales: el primero de ellos es mayor calidad de vida: “Pasé de perder tres horas diarias en transporte a tener ese tiempo para estudiar, trabajar o hacer algo que me aporte”. Otro aspecto que subrayó fue el de la libertad geográfica, pues puede viajar y trabajar, y eso es un privilegio que se valora mucho, especialmente en la fuerza trabajadora más joven.
El último que destacó Jéssica Gómez fue el del desarrollo personal y profesional, pues aseguró que “trabajar con personas de otros países te ayuda a romper muchas limitaciones mentales, como el miedo a hablar un idioma imperfectamente o a proponer ideas nuevas”.
Pero también hay retos. Trabajar como independiente implica gestionar impuestos, salud y seguridad social. Jéssica lo hace facturando desde Colombia y declarando sus ingresos como fuente extranjera. En cuanto a salud y pensión, gestiona sus pagos por cuenta propia como contratista.
Pero, desde la perspectiva del país, el reto está en no solo celebrar la exportación de talento, sino en crear condiciones para que quienes se van quieran regresar o se sientan motivados a quedarse. “Si no logramos ese equilibrio, la salida continua de talento puede afectar la competitividad nacional”, advirtió la especialista de Adecco Colombia.
De hecho, existe una preocupación creciente de las empresas colombianas, con respecto a la escasez que hay del talento TI y la fuga de este a empresas extranjeras. Por ejemplo, para el segundo semestre de 2025 Colombia requerirá alrededor de 162.000 desarrolladores de software para cubrir la demanda interna, según el Ministerio de las TIC, pero este es el tipo de profesional que más busca mejorar sus condiciones salariales, buscando insertarse en el mercado extranjero.
Otra de las ocupaciones que, aunque no se mencionan en las principales demandadas, pero que son requeridas en diversos países europeos, son las de medicina y enfermería. Aspecto que salta a la preocupación de la Universidad CES de Medellín, que en un informe del 2024, evidenció su preocupación, pues el país atraviesa un déficit de profesionales de la salud. Colombia solo cuenta con 10 enfermeros por cada 10.000 habitantes, cuando la recomendación internacional es de 100 por cada 10.000.
“España está experimentando una necesidad urgente de enfermeros, pero no es solo este territorio; los países desarrollados están buscando activamente a estos profesionales, ya que se han visto afectados por la escasez. Incluso en nuestros países de menos recursos, estamos enfrentando este mismo desafío”, afirmó en el informe mencionado, Dedsy Berbesy Fernández, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad CES.
En medio de este panorama, lo positivo del caso es que Colombia se está mostrando ante el mundo como un país que no solo exporta bienes, sino también inteligencia, innovación y resiliencia profesional. La revolución laboral que trajo la pandemia no fue temporal, y hoy, miles de profesionales colombianos están escribiendo nuevas historias laborales desde cualquier lugar del mundo.
