Treinta y dos años después, el Atanasio Girardot será testigo de un nuevo capítulo en la rivalidad entre Atlético Nacional de Colombia e Internacional de Brasil por la prestigiosa Copa Libertadores. Este jueves 8 de mayo (7:30 de la noche), el balón rodará nuevamente en Medellín, evocando aquel empate sin goles de 1993. Este encuentro es un pulso definitivo en las aspiraciones del equipo verdolaga por avanzar a la siguiente fase del certamen que organiza la Conmebol.
La memoria futbolística nos transporta a momentos de gloria. Y en la antesala de esta confrontación trascendental para el club verde, la hinchada aguarda con expectativa para calibrar la jerarquía del equipo paisa, urgido de una victoria tras el doloroso 3-0 sufrido en Porto Alegre.
Lea aquí: Ante las críticas de los hinchas, el técnico de Nacional, Javier Gandolfi, explicó los cambios que hizo en el clásico
Esta vez no hablaremos de David Ospina, William Tesillo, Jorman Campuzano, Edwin Cardona, Alfredo Morelos y Marino Hinestroza, las figuras que hoy visten la camiseta verdolaga. La mirada nostálgica se dirige a los héroes de antaño, aquellos que permanecieron en el club tras la conquista de la primera Copa Libertadores en 1989, como bien lo recuerda el Bendito Fajardo, uno de sus protagonistas.
El único antecedente de enfrentamientos entre Atlético Nacional e Internacional en la capital antioqueña se remonta al 26 de marzo de 1993, un duelo que culminó sin goles. Aquella noche, 16.816 almas se congregaron en el Atanasio Girardot, dejando una taquilla de $41.485.100. El ecuatoriano Jorge Orellana impartió justicia en el campo, según los registros del libro Atlético Nacional, 50 años de gloria, de Carlos Emilio Serna Serna.
¿Quiénes fueron lo protagonistas?
Aquel Nacional, bajo la batuta de Hernán Darío “Bolillo” Gómez, alineó a Ómar Franco en la portería; una defensa sólida con Luis Fernando Herrera, John Caicedo, Víctor Marulanda y José Fernando Santa; en el mediocampo, Alirio Serna, Luis Alfonso Fajardo (Diego Osorio), junto al recordado Herman Gaviria (sustituido por Julián Vásquez), Gabriel Jaime Gómez y la inteligencia de Alexis García; y en punta, Carlos A. Zúñiga.
El Internacional, por su parte, presentó a Roberto Fernández bajo los tres palos; una zaga compuesta por Pinga, Ricardo, Daniel Franco y Celio Lino; en la mitad, Elson, Simão, el creativo Caíco y el talento de Marquinho; y en ataque, la dupla conformada por Rudinei y Barón, dirigidos por Enio Andrade.
René Higuita, figura clave en el partido de ida disputado en Brasil el 16 de marzo, donde los verdes se alzaron con la victoria por 1-0 gracias al gol de Víctor Aristizábal (minuto 82), no pudo ser de la partida en Medellín. Días antes de la revancha, una infortunada fractura de tibia en un choque con Ramón Moreno del Quindío, por la liga local, lo marginó del crucial encuentro.
Habla uno de los protagonistas
Víctor Marulanda, zaguero que años después presidiría el club, evoca aquellos dos duelos con claridad: “La nómina nuestra conjugaba la experiencia de los campeones del 89 con la frescura de los jóvenes. Creo que el ‘Bolillo’ logró una amalgama perfecta, y esos resultados fueron vitales para consolidar la marca Nacional como el equipo de mayor reconocimiento en Colombia y proyectarlo al mundo”.
Añade que el triunfo en Brasil y el empate en casa les dieron el impulso necesario para seguir avanzando en la competición. “Fue un momento muy chévere, porque contábamos con una nómina altamente competitiva”.
Aquel enfrentamiento contra Internacional selló el destino del Grupo 4, que vio al Flamengo de Brasil como líder, seguido por Atlético Nacional y América de Cali, ambos con 7 puntos, clasificando a la siguiente ronda. El Inter, con 3 unidades, quedó eliminado.
Le puede interesar: Este es el equipo ideal de los hinchas de Nacional en sus 78 años, ¿está de acuerdo?
Para dirimir el segundo y tercer lugar entre verdolagas y escarlatas, la Conmebol programó un partido de desempate en el estadio El Campín de Bogotá, donde el América se impuso por 4-2 ante 38.220 espectadores. De esta manera, el conjunto paisa finalizó en la tercera posición, lo que lo emparejó en octavos de final con la Universidad Católica de Chile, que lo eliminó tras vencerlo 2-0 en su feudo y caer 2-1 en Medellín.
El club austral continuó su camino en semifinales, dejando en el camino al América y ganándose el derecho de disputar la final de la Copa Libertadores de 1993, cuyo máximo galardón alzó el Sao Paulo.
A un día de este nuevo choque entre Nacional e Internacional en la Capital de la Montaña, el corazón verdolaga se aferra a la historia, confiando en que, al igual que hace treinta y dos años, su equipo mantendrá viva la llama en el torneo de clubes más prestigioso de Sudamérica.
