Cuando el reloj marcaba los 75 minutos, los hinchas locales invadieron la cancha y el juez suspendió el compromiso, que ganó Caldas 1-0 sobre Unión Magdalena.
El fútbol colombiano volvió a verse empañado por la violencia. Corría el minuto 75 del compromiso entre Unión Magdalena y Once Caldas cuando el árbitro se vio obligado a suspender el encuentro tras la invasión del terreno de juego por parte de hinchas locales. Una escena lamentable que, lejos de ser inédita, se está volviendo costumbre y exige una respuesta firme de la Dimayor.
La tensión se desató en el estadio Sierra Nevada de Santa Marta cuando un grupo de aficionados del Unión, inconformes con el resultado parcial, cruzaron las barreras de seguridad e irrumpieron en el campo. Jugadores de ambos equipos corrieron despavoridos hacia los camerinos en busca de resguardo, temerosos de una agresión que pudo escalar aún más.
Hasta ese momento, el partido favorecía al conjunto visitante. Once Caldas se imponía 1-0 gracias a una anotación del eterno goleador Dayro Moreno, quien volvió a marcar diferencia al minuto 62. Más allá del resultado deportivo, que seguramente será ratificado por las autoridades dada la avanzada del cronómetro y las circunstancias de la suspensión, el encuentro quedará en la memoria por el caos y la vergüenza.
Para Dayro, sin embargo, la tarde tuvo un sabor a gloria. El artillero alcanzó los 360 goles en su carrera profesional, una cifra que lo consolida como uno de los delanteros más importantes en la historia del balompié colombiano. Además, igualó a Hugo Rodallega como máximo goleador de la actual Liga BetPlay con 9 anotaciones, y continúa como líder anotador de la Copa Sudamericana junto al panameño Ismael Díaz, ambos con 4 tantos.
El delantero de Chicoral, Tolima, sigue demostrando que los años no son un impedimento para mantener el olfato goleador y la jerarquía en momentos clave. Su aporte no solo está en los goles: también es referente, líder y motivación para un equipo de Manizales que sueña con volver a los primeros planos.
Lo cierto es que el incidente en Santa Marta vuelve a poner en el ojo del huracán la gestión de la seguridad en los estadios colombianos. La Dimayor deberá actuar con contundencia. No basta con sanciones económicas o partidos a puerta cerrada: se necesita un plan integral que garantice la integridad de futbolistas, árbitros y aficionados, y que no permita que la violencia siga arrebatándole protagonismo al deporte.
Mientras tanto, Once Caldas se lleva una victoria importante —aún por oficializar—, y Dayro Moreno sigue escribiendo su leyenda con cada balón que empuja al fondo de la red.
