Una boleta que vale más que ver a Beyoncé en vivo, más que una noche histórica en la NBA, y que empieza a codearse con los precios del Super Bowl, en partidos de fase de grupos, no es una noticia que tiene muy felices a los hinchas del fútbol. No es una exageración, ni un juego de palabras, ese es el nuevo estándar de la boletería del Mundial 2026.
Lo que antes parecía reservado para una final irrepetible hoy aparece en partidos que, al menos en el calendario, todavía no definen campeones ni escenas donde se levante el trofeo.
La Copa del Mundo que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá avanza con una promesa deportiva gigante, pero con una factura que dejó a millones de aficionados sin posibilidad de ir o con deudas impagables. Aquí le contamos cómo los precios del Mundial se comparan e incluso superan, a los de otros grandes eventos como el Super Bowl, y las finales de la NBA y la MLB.
Los estrafalarios precios de las boletas del Mundial
En la parte alta del ranking de precios de boletería para el Mundial 2026 aparecen los partidos más esperados: la final y las dos semifinales. La final, que se disputará en Nueva York, tiene entradas que arrancan cerca de los 2.200 dólares y pueden llegar hasta los 6.730 dólares según la categoría. Un precio elevado, sí, pero históricamente comprensible para el partido más importante de la edición del torneo.
El problema aparece cuando la lógica se rompe. El duelo entre Colombia y Portugal, por fase de grupos y programado para el 27 de junio en el Hard Rock Stadium de Miami, se coló como el cuarto partido más caro en todo el Mundial. Solo por detrás de las semifinales y la final.
Según datos de The Athletic, antes del sorteo la entrada más barata para este partido rondaba los 400 dólares. Minutos después de confirmarse el cruce, el precio se disparó. En pocas horas alcanzó los 2.000 dólares, tuvo picos cercanos a los 3.000 y finalmente se estabilizó alrededor de 2.200 dólares. Un incremento cercano al 514%, más propio de una burbuja financiera que de un partido de fase de grupos.
Un partido de fútbol se vende como espectáculo global
Colombia vs. Portugal no se explica solo por fútbol. Se explica en una narrativa nostálgica y desde el famoso FOMO (fear of missing out o miedo de perderse de algo importante). Es el último mundial de Cristiano Ronaldo, el reencuentro con James Rodríguez ahora como rival y el momento estelar de Luis Díaz. Todo esto lo convierte en más que un juego, todo un espectáculo para los aficionados.
A esta carga emocional se suma la influencia de la reventa de entradas en Estados Unidos y Canadá, que es completamente desregulada. Plataformas como StubHub o SeatGeek permiten que los vendedores fijen precios libremente, sin topes ni intervención directa de la FIFA.
El ente rector del fútbol ha insistido en que esos valores no son oficiales y recomienda acudir a la venta formal. Pero cuando la demanda se dispara, la advertencia llega tarde, y el mercado manda y el hincha paga, o se queda afuera.
¿Las entradas de 60 dólares son la solución?
Tras semanas de críticas, la FIFA anunció una nueva categoría de entradas a 60 dólares, disponibles para los 104 partidos del torneo, incluida la final. La idea es beneficiar a aficionados fieles asignados por sus federaciones nacionales, más no al público en general.
Organizaciones como Football Supporters Europe, pusieron rápidamente el freno al entusiasmo. Según sus estimaciones, solo unos pocos cientos de hinchas por partido accederán a ese precio. Para el resto, seguir a su selección desde la fase de grupos hasta la final podría costar al menos 6.900 dólares, casi cinco veces más que en el Mundial de Catar en 2022.
¿Se puede comparar el Mundial con el Super Bowl?
Para entender la magnitud del asunto, basta mirar al Super Bowl. La final de la NFL es, año a año, el evento deportivo más caro del calendario estadounidense. En el Super Bowl LIX, disputado en Nueva Orleans, el precio promedio de una entrada en reventa superó los 11.000 dólares.
Las entradas más baratas se movieron entre los 6.300 y los 6.600 dólares, mientras que los asientos premium alcanzaron cifras superiores a los 30.000 dólares, y en casos extremos, superaron los 60.000 dólares.
Pero la diferencia es clave, el Super Bowl es un evento único al ser un show con artistas en vivo y la final de un evento deportivo. Mientras tanto, el Mundial 2026 replica precios comparables en múltiples partidos, incluso cuando todavía falta mucho camino por recorrer.
La boletería del Mundial 2026 supera la lógica de la NBA y MLB
Las Finales de la NBA también cuestan, pero bajo otra lógica. En la serie de 2025, los boletos para los primeros juegos rondaron los 700 dólares, mientras que los partidos decisivos superaron los 1.300 dólares en promedio.
En mercados de alta demanda, los asientos courtside y premium oscilaron entre los 2.000 y los 3.500 dólares por un juego. Aun así, siguen siendo más baratos que varios partidos del Mundial 2026 que no son finales ni semifinales.
Lo mismo sucede con La Serie Mundial de Béisbol. En juegos clave, las entradas en reventa se ubicaron al rededor de los 2.000 dólares, especialmente en partidos inaugurales o posibles séptimos juegos.
La diferencia es que aún existe una brecha mayor entre precio oficial y reventa, lo que permite a algunos aficionados acceder sin pagar cifras completamente desbordadas si compran con antelación.
La conclusión sigue siendo incómoda y con pocas soluciones. Los precios de la boletería del Mundial 2026 se salieron de control, no porque haya cambiado el fútbol, sino por el cambio del mercado y las realidades de una desregularización de los precios de reventa y de mercados secundarios.
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