Una conversación interceptada por las agencias de seguridad al cartel narcotraficante Clan del Golfo, en el departamento de Córdoba, reveló que a sus sicarios les dieron la orden de asesinar a altos mandos de la Policía y a funcionarios que estén uniformados y prestando servicio, en vez de aquellos que estén de civil y en tiempo de descanso.
Ese diálogo ocurrió en medio del “Plan pistola” que inició el pasado 15 de abril, en retaliación por la muerte en una operación policial de José Miguel Demoya Hernández (“Chirimoya”), uno de los máximos líderes del cartel, ocurrida el 5 de abril de 2025 en el municipio cordobés de La Apartada.
A la fecha, en el “Plan pistola” han muerto 18 policías en diferentes departamentos, de los cuales seis estaban en periodo de descanso y fueron ejecutados delante de sus familias. Otros doce resultados heridos en los ataques.
En la conversación interceptada, conocida por EL COLOMBIANO, un mando medio del Clan del Golfo conversa con otro, contándole que su jefe lo va a trasladar de la zona porque no ha cumplido con la cuota de muertos del Plan pistola.
Escuche el audio interceptado aquí:
“Me voy de traslado, pa’ que sepas tú”, le informó uno de ellos al interlocutor, con marcado acento costeño. “No sé todavía (para dónde lo van a mandar), manito, pero estoy esperando que el que vaya a recibir, llegue. No sé si llegue por como está esa vaina maluca. Esperando que llegue pa’ entregarle (el cargo) y ya presentármele al viejo de las gafitas, Wálter (el comandante)”.
Y a continuación, explicó los motivos de su traslado: “Gustavo me escribió, que como no di resultado en la zona, me iba a poner de punto (de vigilante, una degradación de cargo), pero yo aquí he dado resultados, estos cambios míos han sido buenos, he subido las finanzas, simplemente porque no he cumplido lo de ahora, esta vaina del plan ese. No se me ha dado, tú sabes cómo son las cosas, yo no voy a estar corriendo detrás de una vaina que me vaya a salir mal. La voluntad de dios, si sale, bien, sino, pues ajá, tú sabes como es”.
- “¿Y no le están haciendo inteligencia a ninguno por ahí? Así como a usted lo azaran, usted tiene que azarar también, tiene que ajá, los puntos esos tienen que estar es buscando un positivo”, le contestó su colega, refiriéndose a si le estaban haciendo espionaje a algún policía para matarlo (“hacer un positivo” en su argot).
El diálogo continúa de esta manera:
- “Aquí se está haciendo inteligencia, ¿pero así quién trabaja? Ahí Kevin y el hermano (al parecer los sicarios) no quieren que ni en Tuchín ni en San Andrés (de Sotavento), que porque los policías son conocidos, que porque es puro pelao de aquí y porque tales. También dieron una orden (los superiores), que no querían de permiso ni nada, sino uniformados y altos mandos, y aquí han matado gente de permiso y patrulleros. Entonces, marica, queda difícil la vaina. Yo no trabajo aquí que porque son policías conocidos y que la vaina. Eso voy a decir yo cuando vaya a donde el viejo Wálter. Esos manes no quieren calentar aquí, que porque ellos son de aquí. No ha salido la vaina por eso”.
- “Por aquí hay un poco de permiso, en Carretal (centro poblado del municipio de Tuchín) hay como cuatro, pero los de acá no los quieren clavar que porque son conocidos. Pero si están pidiendo un positivo, toca”.
- “Pero ya el viejo Wálter tiró esa clara, dijo que no quiere a nadie de permiso, solo activos y con el uniforme puesto y altos mandos, ni patrulleros ni reclutas. No te digo que pa’ mi está duro, pa’ los que vamos de últimos, Pelayo tampoco la ha hecho, ni Cereté tampoco, ni Montería ni yo, entonces son cosas que..., pero mire, el hilo partió fue por donde mí, porque a los demás los veo tranquilos. Hay que esperar, usted sabe que uno no es perita en dulce de todo el mundo”.
- “Montería ha hecho dos y los ha dejado vivos (...), pero yo sé que va a salir un positivo. Hay que buscar uno”.