El país recuerda a Carlos Caicedo por haberse medido en una consulta en 2018 contra Gustavo Petro en la que terminó derrotado por el hoy presidente. El abogado samario es de izquierda, apoyó al petrismo en 2022, pero ha mantenido su propio camino desde que fue alcalde de Santa Marta (2012-2015) y gobernador del Magdalena (2020-2023). Su trayectoria no ha estado exenta de polémicas por su gestión, pero también de amenazas y persecuciones de grupos criminales en esa región.
Esta semana, Caicedo inscribió –tarde, dicen algunos– su comité de recolección de firmas “Caicedo Presidente” para competir en el 2026. Abiertamente dice que es una apuesta de izquierda distinta al petrismo. En esta entrevista con EL COLOMBIANO se refiere, justamente, a sus diferencias con el actual Gobierno y a una eventual alianza con el exalcalde Daniel Quintero.
¿Por qué decide lanzarse en este momento a la Presidencia? ¿Cree que realmente tiene posibilidades?
“Nosotros representamos una historia de trabajo al servicio del pueblo y de las comunidades en los territorios. Una izquierda con resultados, que en su paso por la administración pública, más que retórica, hemos convertido nuestro trabajo en obras, programas y oportunidades para miles de ciudadanos y ciudadanas.
Precisamente, esa es la apuesta que tenemos para nuestro país: trabajar para pasar del discurso a los hechos, de las propuestas a los resultados. Porque definitivamente lo que la gente desea es que los gobiernos sean efectivos. Lo que la gente quiere es reducción de la pobreza, educación, salud, agua, vías, trabajo, oportunidades.
Eso hemos hecho nosotros cuando hemos gobernado: como rector de la Universidad del Magdalena, en la Alcaldía de Santa Marta y en la Gobernación del Magdalena. El pueblo, que es el que finalmente nos ha escogido a nosotros, más allá de estructuras y maquinarias, que son las que hemos enfrentado, ha respaldado nuestra gestión de manera continua, precisamente por esos resultados”.
Cuando dice que usted representa una izquierda con resultados, ¿es porque está alejado de otras izquierdas como la de Gustavo Petro?
“Somos una izquierda que se ha construido esencialmente en los territorios, a diferencia del proyecto del Presidente, que fue un proyecto que creció a partir de su trabajo en el Congreso. Colombia es un país de regiones, y precisamente de regiones con un profundo nivel de desarrollo desigual. Se necesita fortalecer las propuestas políticas, en este caso las de naturaleza alternativa o de izquierda, que estén conectadas con las problemáticas, los sueños, las aspiraciones y las experiencias desde las regiones. Esa es una diferencia fundamental.
Nosotros hemos respaldado al gobierno del presidente Petro, pero no hacemos ni hemos hecho parte de su Gobierno. Desde 2018, cuando estuvimos en la consulta, presentamos una voz convergente desde el campo alternativo, pero diferenciada frente a nuestras experiencias. Así como la derecha y el centro tienen matices, lo mismo sucede en la izquierda. Nosotros apostamos por trabajar más de la mano de las organizaciones y sectores sociales y populares, más allá de hacer acuerdos con las mismas estructuras políticas que son responsables de la quiebra de lo público y del saqueo de los recursos comunes”.
¿Petro le ha cumplido a las regiones? ¿Le cumplió al Magdalena?
“Pienso que hubo mucha propuesta y al final los resultados son escasos. Creo que el saldo es negativo en cuanto a las regiones, y particularmente en el departamento del Magdalena que conozco muy bien. La presencia de la entidad más fuerte que posee Colombia, el Gobierno Nacional y del instrumento de desarrollo que representa el Plan Nacional de Desarrollo, debe hacerse sentir de manera equitativa en las distintas regiones: en la Andina, la Amazónica, la Orinoquía, la Pacífica y el Caribe. La presencia ha sido, seguramente, a partir de los programas bandera, pero grandes proyectos que rompan con la desigualdad y el acumulado de pobreza histórica aún están por verse.
En el Magdalena se hicieron diversas propuestas; desde mi periodo de Gobierno y el siguiente, que también correspondió a nuestro movimiento; lamentablemente, estamos abocados a unas elecciones atípicas convocadas por el Gobierno precisamente por un fallo judicial lleno de contenido político, que buscó sacar del camino y frenar un proceso de obras y realizaciones con resultados para la comunidad.
El Gobierno hizo una serie de propuestas, pero hasta ahora. y lo digo con la autoridad que nos da haber respaldado continuamente al Gobierno, sus ministros han estado ausentes y los programas de los ministerios también. Ha habido más retórica que resultados”.
Volviendo a su candidatura, ¿está pensando en participar en una eventual consulta del “Frente Amplio” en marzo? ¿Está dispuesto a hacer alianzas o cuáles son sus líneas rojas?
“Pienso que lo primero que hay que hacer es buscar el respaldo, no de estructuras políticas o de cúpulas, sino del pueblo. Por eso, este es el momento de las regiones y de quienes creemos en cambios estructurales. Nuestra apuesta principal ahora es la recolección de firmas. Logrado este objetivo y formalizada nuestra candidatura, nuestra disposición es converger con movimientos sociales, populares y fuerzas alternativas. Descartamos cualquier acuerdo con cúpulas o estructuras políticas que finalmente signifiquen reencauchar políticos tradicionales que representan la defensa del statu quo, del viejo país, ahora con la posibilidad de hacerse llamar alternativos o progresistas.
Si el Frente Amplio va a representar una apuesta por profundizar los logros alcanzados por este Gobierno e ir mucho más allá, porque claramente hay temas que deben trabajarse y que aún no se han impuesto en la agenda nacional, o que se intentaron poner en la agenda pero no fructificaron en el Congreso ni en la gestión del Gobierno, entonces estaríamos dispuestos a participar en ese frente.
Así como a las fuerzas políticas —especialmente a las alternativas de izquierda— les desconciertan las decisiones arbitrarias que toma el Consejo Nacional Electoral para intentar restringir la participación de actores alternativos, tampoco es de recibo que algunas fuerzas que se hacen llamar alternativas, progresistas o de izquierda, repliquen esas mismas prácticas: intentar cerrar espacios o hacer acuerdos que no se construyen sobre la base del respeto y el consenso”.
Hablemos de su hermana, Patricia Caicedo, que sacó como precandidata al Senado más 74.000 votos en la consulta del Pacto hace unos días, ¿es su “cuota” en el petrismo o siguen alejados políticamente?
“A mí me alegra mucho los resultados que se han obtenido en esta consulta del Pacto, siempre que estén sustentados en un voto realmente alternativo y progresista, y no en acuerdos con las fuerzas políticas tradicionales. Porque, a la postre, esas alianzas engañan cuando llegan las elecciones de marzo.
El liderazgo de ella lo respaldamos en las pasadas elecciones. En la Alcaldía de Santa Marta fue la candidata que respaldamos, y no por un asunto de estrategia familiar, sino por su trayectoria y trabajo. Lamentablemente, toda la estrategia de las fuerzas del viejo régimen, los clanes y las mafias narcoparamilitares, buscaron frenar, a como diera lugar, la candidatura respaldada por Fuerza Ciudadana a la Alcaldía de Santa Marta. Se anuló su inscripción, y a la Gobernación del Magdalena intentaron hacerle lo mismo. Luego persiguieron y tumbaron al gobernador Rafael Martínez, y finalmente lo lograron.
Es lamentable que inclusive sectores que se hacen llamar de izquierda, incluso algunos del propio Pacto, tengan alianzas con esas fuerzas que inhabilitaron a mi hermana para participar como candidata a la Alcaldía, a pesar de que, según todas las encuestas, era la favorita.
Deseamos que tengan éxito todos los candidatos que participaron en el proceso del Pacto y en las listas alternativas que se están configurando. Lo importante es que aumente el número de senadores y representantes que respalden los cambios necesarios que demanda Colombia. La entrada de personas capaces y competentes al Congreso debe alegrarnos a todos”.
A propósito de esa mención a sectores con maquinarias en las listas, hay personajes aliados a Daniel Quintero con cuestionamientos. Recuerdo una foto suya con Francia Márquez y con él a finales del año pasado. ¿Va a hacer alianza con el exalcalde de Medellín?
“El proceso que ha sucedido en los últimos años en Colombia es que las fuerzas alternativas se han ido nutriendo de personas que antes no militaban en ellas, y evidentemente ese crecimiento es fundamental para el éxito de los proyectos. Se trata de que quienes ingresen a este bloque de ideas lo hagan convencidos de esas ideas, más que una oportunidad electoral.
Con Daniel, como con otros líderes que representan diversas expresiones políticas situadas ahora en el progresismo, tenemos puntos de contacto: el acompañamiento al Gobierno Nacional, no solo en su elección, sino en algunas de las propuestas más importantes que le han planteado al país.
Pero también tenemos orígenes, historias diferentes, y una concepción de lo público y del relacionamiento con las comunidades, con el pueblo y con el movimiento social y popular muy distinta. Nosotros tenemos una tradición de trabajo en los territorios, precisamente al lado del movimiento social y popular, y en defensa de las ideas alternativas de izquierda.
Ideas que buscan garantizar derechos colectivos, humanizar la política y construir una sociedad a partir de los intereses de las mayorías, y no de unos pocos, de élites, clanes y estructuras de poder que han profundizado un modelo de desigualdad que raya en el escándalo.
Y tomarnos una foto no es más que la evidencia de que, en medio de esas diferencias, tenemos que manejar las mejores relaciones posibles. Máxime si los tres teníamos coincidencia en el respaldo al Gobierno y a varias de sus iniciativas. Iremos viendo cómo evolucionan las cosas en las próximas semanas”.
Pero en concreto, ¿usted recibiría apoyo de Quintero?
“Creo que eso está por verse, y sería un asunto que habría que preguntarle a él. Repito: los apoyos y respaldos que aspiramos para nuestra candidatura deben estar conectados más con la propuesta programática que con acuerdos de conveniencia. Si hay coincidencias en las aspiraciones de cambio que necesita el país en los próximos cuatro años, y si él u otros candidatos deciden no participar y respaldar nuestra candidatura, pues nos sentaremos, conversaremos y seguramente avanzaremos positivamente. Pero siempre centrados en los puntos de contacto en torno al programa”.
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