Juliana Gaona Bejarano se pronunció sobre el reciente fallo de tutela que ordena modificaciones a la película Noviembre, cinta inspirada en los hechos de la toma del Palacio de Justicia de 1985.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
La abogada Juliana Gaona sostiene que la tutela busca equilibrar la libertad artística con el derecho a la verdad y la honra de las víctimas del Palacio de Justicia.
Juliana Gaona Bejarano se pronunció sobre el reciente fallo de tutela que ordena modificaciones a la película Noviembre, cinta inspirada en los hechos de la toma del Palacio de Justicia de 1985.
La abogada aseguró que hablaba no solo como profesional del derecho, sino en nombre de su familia y “en defensa de la memoria y la dignidad” de su padre, el magistrado Manuel Gaona Cruz, asesinado por el grupo M-19 durante los hechos.
Gaona Bejarano explicó que el juez 128 Penal Municipal de Bogotá reconoció que la producción vulneró derechos fundamentales al presentar una versión distorsionada del papel de su padre en los sucesos. Según ella, la cinta difundió una narrativa falsa e injuriosa, al insinuar una supuesta colaboración del magistrado con sus captores.
“El fallo no impone censura alguna”, enfatizó. “No se limita la libertad artística ni la libertad de expresión. Se trata de una decisión que protege la verdad, la memoria y los derechos de quien defendió a su país hasta el final”.
La abogada recordó que el magistrado Gaona Cruz fue secuestrado y asesinado por el M-19, hechos documentados por las investigaciones judiciales y por la Comisión de la Verdad de la Corte Suprema de Justicia. Por ello, considera inaceptable que una obra de ficción “deforme la historia y afecte el nombre de una víctima reconocida oficialmente por el Estado”.
El juez ordenó que la película y sus materiales promocionales incluyan una aclaración visible, en la que se precise que se trata de una obra de ficción inspirada en hechos reales, y que cualquier semejanza con personas o situaciones no constituye una afirmación histórica.
Además, exigió suprimir una escena en la que un personaje dice: “ni usted, Gaona, que es uña y mugre con estos terroristas”, así como prohibir el uso del nombre o rasgos identificables del magistrado para atribuirle conductas falsas.
Gaona Bejarano añadió que los productores “nunca sustentaron con pruebas o argumentos jurídicos” las afirmaciones incluidas en la cinta.
“La verdad sobre mi padre no está en debate —dijo—. Está respaldada por la justicia, los testigos y los registros históricos. No se puede construir memoria sobre una mentira presentada como ficción”.
La abogada insistió en que el fallo no debe interpretarse como una limitación a la creación artística, sino como una advertencia sobre los límites éticos y legales de esa libertad:
“En una democracia, la libertad de creación es esencial, pero también tiene fronteras: no puede tergiversar hechos ni estigmatizar víctimas. La memoria colectiva se edifica sobre la verdad, no sobre la manipulación narrativa”.
Al cerrar su declaración, Juliana Gaona evocó el legado de su padre, recordado como un jurista comprometido con la Constitución y el Estado de derecho:
“Mi padre defendió la justicia hasta su último aliento. Ahora me corresponde a mí defender su memoria con la misma convicción”.