Chips con arancel, pero solo si vienen de afuera
La advertencia fue clara: si las empresas fabrican los chips en Estados Unidos, no tendrán que pagar recargos. “Pero si los importan, sí”, insistió Trump.
La medida busca frenar la dependencia tecnológica de países como China, Corea del Sur o Taiwán, que dominan la cadena global de producción de microcomponentes.
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El mensaje de Trump está alineado con su agenda de “Estados Unidos primero”, que busca reindustrializar sectores estratégicos.
En el pasado ya había impulsado políticas similares para atraer fábricas automotrices y de energía. Esta vez el turno es para los semiconductores, el “cerebro” de la economía digital que mueve desde celulares hasta autos eléctricos.
“Vamos a aplicar un arancel muy elevado a los chips y semiconductores. Pero la buena noticia para empresas como Apple es que si fabrican en Estados Unidos o se han comprometido a fabricar sin lugar a dudas en Estados Unidos, no se les aplicará ningún cargo”, reveló el mandatario durante un evento en el Despacho Oval.
El mandatario republicano, que ya había anticipado esta semana su intención de aplicar aranceles a estos componentes clave, fue contundente: “A todos los chips y semiconductores que entren a Estados Unidos se les aplicará un arancel del 100%”, declaró.
Con esta jugada, Trump busca traer de vuelta la fabricación de alta tecnología al país y darle un empujón a la industria nacional.
El anuncio lo hizo nada menos que durante un evento junto al CEO de Apple, Tim Cook, con quien presentó una nueva alianza estratégica enfocada precisamente en fortalecer la producción local de chips.
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