La Alcaldía de Medellín anunció que, en alianza con instituciones educativas, agremiaciones, operadores turísticos y empresarios de la ciudad, reactivó el proyecto Medellín Sí Sabe. Este busca enaltecer la identidad culinaria de la ciudad con miras de convertir a la capital antioqueña un destino turístico gastronómico.
Con este precedente, 46 restaurantes de la ciudad recibieron el sello que los acredita como parte de la iniciativa Medellín Sí Sabe. Según el Distrito, los establecimientos fueron seleccionados con base en la tradición, autenticidad, calidad y relación de su oferta gastronómica con la cultura local.
Además, el Programa ofrece actividades para el fortalecimiento de los negocios de los exaltados.
El programa Medellín Sí Sabe está dividido en tres líneas de experiencia gastronómica: “Berraquera”, que enaltece la cocina tradicional antioqueña; “Mecatear”, para distinguir bocados para picar y compartir; y “Saberes”, que ejemplifica la diversidad de cocinas de todo el país.
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El programa Medellín Sí Sabe, data del año 2014, cuando se presentó el libro de la Ruta Gastronómica de Medellín, la cual aglomeraba 49 establecimientos de la ciudad con productos para todos los gustos.
Desde finales de 2024 la Administración Distrital y el equipo del programa Medellín Sí Sabe –que incluía expertos del Colegio Mayor de Antioquia, la Universidad Luis Amigó, la Universidad de Antioquia, cocineros y operadores turísticos– iniciaron visitas a 96 establecimientos comerciales para calificar diferentes productos gastronómicos y valorar su aporte a la oferta turística.
“Empezamos los recorridos por las comunas y corregimientos, promocionando nuestro programa. Buscamos un producto turístico gastronómico de clase mundial en Medellín”, explicó el secretario de Turismo y Entretenimiento, José Alejandro González en ese entonces a medios locales.
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Para esas fechas, platos como el chorizo antioqueño, la empanada paisa, el ceviche de chicharrón, la morcilla, el migao, las canasticas de buñuelo, los fríjoles, la soda de guandolo, la mazamorra, la torta de banano y la milhoja competían por lograr el sello y ser incluidos en rutas, festivales o publicaciones como un recetario regional.