La peleadora antioqueña Sabina Mazo ha vuelto al ring con fuerza y determinación, marcando su regreso triunfal en el mundo de los deportes de combate. Esta vez lo hizo en la categoría WCK Full Rules Muay Thai, donde venció por decisión a la jamaiquinaamericana Ashley Smallwood en un combate realizado en San Diego, California.
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La colombiana, reconocida como una de las más grandes exponentes de las artes marciales mixtas del país, demostró que su evolución como atleta sigue firme, incluso al incursionar en nuevas disciplinas. La victoria fue fruto de una preparación intensa, cargada de técnica, agresividad y dominio.
Sabina dejó claro que su transición al muay thai no es casualidad, sino parte de un proceso consciente y maduro. “Me preparé demasiado para esto. La pelea salió muy bien, fueron cuatro rounds de tres minutos. Entrené desde noviembre para este combate, me tocó hacer muchos cambios, pero ajusté todo en una academia en la que estoy entrenando en Las Vegas. Fue como debutar profesionalmente en muay thai y me sentí muy cómoda”, expresó con entusiasmo tras el combate.
Pensó en retirarse
Pero este regreso tiene un valor aún más especial, pues Mazo estuvo a punto de retirarse del deporte debido a una grave lesión en la espalda.
Luego de brillar en la UFC, la promotora más importante de artes marciales mixtas del mundo, y convertirse en la única colombiana en conseguir dos títulos mundiales con Legacy Fighting Alliance (LFA), una dolencia en la columna vertebral la obligó a detener su carrera. Durante casi dos años, luchó fuera del octágono por recuperar su salud, sometiéndose a un tratamiento especializado con células madre.
Contra todo pronóstico, Sabina regresó, más fuerte y enfocada, con una nueva perspectiva sobre su futuro deportivo. “Quiero seguir compitiendo en esta modalidad, porque primero mi salud así lo requiere por todas las lesiones que he tenido. Es una competencia diferente, un ritmo diferente, y por eso me tomé el tiempo para hacer los ajustes necesarios”, explicó.
Su meta ahora es continuar en el Muay Thai, y no descarta probar suerte también en el kickboxing, disciplinas que le permiten cuidar su cuerpo sin renunciar a su pasión por el combate.
El regreso de Sabina Mazo no solo es una noticia positiva para el deporte colombiano, sino también un ejemplo de resiliencia, valentía y amor por lo que se hace.
Tras la adversidad, la antioqueña vuelve a ser protagonista y deja claro que su historia aún no ha terminado. Está de regreso, con nuevos sueños, nuevos retos y con la convicción de seguir peleando —dentro y fuera del ring— por todo aquello que la apasiona.
