El escritor colombiano Antonio García Ángel acaba de publicar Que pase lo peor, una novela que retrata la vida de un escritor en Bogotá desde una mirada poco habitual: la de un autor perdedor, sin pretensiones intelectuales ni el halo elitista que suele acompañar a este tipo de personajes en la literatura.
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El protagonista de la historia es un escritor pedestre, que hace mercado en el supermercado de barrio, almuerza en menús ejecutivos y arrastra vacíos en su formación literaria. García Ángel explica que buscó “desacralizar la figura del escritor” y situarlo en espacios concretos de Bogotá. Por eso, en las páginas del libro el personaje recorre calles de Policarpa, Alquería, Ciudad Montes, la170, la salida hacia Cota y Choachí. La obra se construye con una estructura llena de sorpresas y giros, lo que motivó al autor a pedir que no se hagan spoilers: “Los giros se suceden uno tras otro hasta el final”, asegura.
La novela, publicada por Random House, fue leída inicialmente por el director editorial Sebastián Estrada, antiguo editor del autor, y luego por Salomé Cohen, directora del sello. Según García Ángel, la lectura sin pistas previas permitió que el libro fuera apreciado con mayor intensidad.
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La portada fue diseñada por el artista Camilo Restrepo, quien leyó el manuscrito y propuso una imagen que mezcla lo macabro con lo humorístico, en sintonía con el tono de la historia. Restrepo, conocido por su trabajo sobre violencia, narcotráfico y medios de comunicación, aporta así una pieza que, según García Ángel, “valoriza mucho más la novela”.
Sobre el papel actual de la literatura, el autor considera que la novela sigue siendo relevante para describir la realidad, generar empatía y resistir abusos de poder, a pesar de la competencia con formatos narrativos, entre ellos las seres de televisión. “Escribir novelas es placentero. Se siguen abriendo librerías y editoriales, la novela está tan saludable como antes”, afirma.