El que acaba de pasar fue un amargo fin de semana para el Suroeste, toda vez que las fuertes lluvias y los daños viales reportados revivieron el fantasma de los bloqueos que asediaron a la subregión en 2022. Si bien la reparación de la vía Amagá-Bolombolo tomaría cerca de cinco meses, hasta ahora no se ha dado largada a las obras. Según reportaron la Secretaría de Infraestructura y las concesiones viales de la zona, tres corredores nacionales que conectan al Suroeste con el occidente del país tienen cierres parciales o totales.
El caso más grave ocurre en el sector La Sinifaná, comprometiendo la vía que conduce a varios municipios como Titiribí, Salgar, Ciudad Bolívar, Andes y Jardín, entre otros.
Desde el viernes, la carretera a la altura del sector El Remanso (o El Repecho) presenta cierre total por pérdida de la banca. En varios videos divulgados en redes sociales se mostró cómo, poco a poco, la vía se fue desmoronando por el abismo ante la impotencia de conductores y operarios.
Según informó la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), en un comunicado conjunto con la concesión vial Covipacífico y la interventoría del proyecto Pacífico 1 publicado el sábado, el daño a la carretera se habría originado por fenómenos naturales que inciden en la estabilidad del talud, a raíz de la socavación y erosión en la ladera por cuenta de la quebrada Sinifaná.
Otra vía afectada es la que conecta Primavera (Caldas), Alto de Minas y La Pintada, que presenta paso a un carril en el sector La Quiebra de Guamito, en Santa Bárbara, debido a posibles daños que habrían reaparecido en este punto de la carretera –afectado gravemente en 2022– y que requieren monitoreo constante. Por lo mismo, también hay restricción para carros de carga de más de 3,4 toneladas en el sentido Medellín–La Pintada, mientras que el otro sentido permanece habilitado para todos los vehículos.
Ante esta situación, la otra vía alterna disponible para vehículos de carga es la carretera Santa Fe de Antioquia–Bolombolo. El problema es que esta, en el sector Higuina (nudo vial que permite llegar a Anzá, Caicedo y Betulia), presentaba hasta la mañana de ayer cierre total por caída de rocas. Personal de la concesión Devimar se dirigió al sitio para labores de rehabilitación.
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¿Un daño cantado?
El secretario de Infraestructura de Antioquia, Horacio Gallón, comentó su preocupación ante el actual escenario que representa una gran vulnerabilidad, toda vez que solo quedaría una única vía “habilitada” para el transporte de todo tipo de vehículos hacia y desde el Suroeste. Gallón también fue enfático en señalar que esto era un asunto “cantado” desde hace rato.
“La afectación estaba avisada desde hace dos años cuando se comentó que se tenían que afrontar esos trabajos en la zona de La Sinifaná, que ya nos tenía ese sector con dificultades. El gobierno nacional, en cabeza de la ANI, y Covipacífico, no la habían afrontado de manera pronta para que no tuviéramos las dificultades que ya hay hoy”, dijo Gallón.
El funcionario detalló que ahora sí, la ANI y la Concesión se pusieron de acuerdo para realizar los trabajos en la zona que tendrán una inversión cercana a los $15.000 millones y que iniciarían esta misma semana con los estudios técnicos y diseños que permitan hacer unos trabajos urgentes en el talud afectado y que permitirían el paso de vehículos pequeños y medianos.
La ANI, por su parte, comentó que la idea es que el concesionario realice intervenciones en el talud principal en una longitud de 150 metros y a una altura de 7 metros, así como las obras de drenaje correspondientes para evacuación del agua de escorrentía.
Adicionalmente, se construirá un muro de contención ubicado sobre el borde derecho de la vía existente (sentido Bolombolo – Medellín) que tendrá unos 138,5 metros y hasta 4 metros de alto. La ANI comentó que la estabilización del talud y la recuperación de la banca podría tomar casi cinco meses. “No obstante, se evaluará la posibilidad de dar paso a un carril conforme avance la obra y las condiciones lo permitan”, añadió.
¿Obras sin “luz verde”?
EL COLOMBIANO buscó a Covipacífico. Esta concesión admitió que es cierto que desde 2023 –pese a que la tarea superaba su responsabilidad de operar y mantener el tramo de La Sinifaná– se le había indicado a la ANI lo que pasaría allí y por lo mismo le había allegado estudios y diseños de una posible solución a la problemática, de la que hasta ahora no ha trascendido si ya fueron aprobados oficialmente.
“Si bien hacer grandes obras de intervención en el sector La Sinifaná no hace parte del proyecto Pacífico 1, sí teníamos la responsabilidad de mantener su operación y mantenimiento mientras ejecutábamos las obras de la Unidad Funcional 2 (los recién entregados túneles de Amagá y el “Falso” Túnel). Cuando entregamos los túneles, le devolvimos el tramo de La Sinifaná a la ANI. Por eso, aparte de que en el contrato de operación y mantenimiento no están contempladas estas intervenciones más complejas, hoy tampoco tenemos competencia en el tramo, pues es responsabilidad de la ANI”, explicaron desde la entidad.
De otro lado, según Covipacífico, pese al comunicado del pasado sábado sobre las soluciones planteadas desde la Agencia, no se ha formalizado el otrosí para que Covipacífico inicie las obras de forma inmediata, como pide la Gobernación.
“Aún está pendiente definir el monto final de la intervención. Hasta este lunes, no nos han extendido dicho presupuesto. Como Concesión tenemos toda la voluntad de hacer las obras y por ello ya movilizamos maquinaria a la zona para atender la emergencia. Pero estamos pendientes de recursos y de la formalización de la ANI para ejecutar”, dijeron.
No obstante, según la ANI, el tramo comprendido entre los Puntos de Referencia 48+000 y 65+900 –que comprenden la zona de La Sinifaná– hacen parte de la Unidad Funcional 1 de Pacífico 1, la cual comprende el túnel que está bloqueado desde 2018 por un derrumbe y que su rehabilitación sigue empantanada por falta de recursos de la Nación.
Para la ANI, este tramo de la carretera vieja actualmente permanece bajo responsabilidad de Covipacífico, “quien debe garantizar su operación y mantenimiento hasta tanto se produzca la entrega formal y reversión (entrega) de este”, apuntó.
“Opciones no aptas”
Por ahora, otras vías alternas para moverse hacia el Suroeste son Camilo C. – Venecia – Bolombolo; y Camilo C. – Fredonia – Puente Iglesias – Peñalisa. Sin embargo, gremios como Defencarga ven con preocupación no solo la parsimonia para atender un asunto urgente sino también los padecimientos que conductores y comunidad del Suroeste tendrán con esta situación, toda vez que según sus cuentas en la zona se mueven casi 80.000 vehículos de carga al mes.
Para Defencarga muchas de las rutas alternas ofrecidas no cuentan hoy con las condiciones técnicas ni de infraestructura adecuadas para el tránsito seguro y eficiente de vehículos de carga pesada.
“Estas vías presentan restricciones de capacidad, geometría vial limitada, y riesgos altos en temporada de invierno. Por tanto, desde el sector transportador no se consideran viables para suplir de forma estructural el cierre del corredor principal”, añadieron a la vez que pidieron una mesa técnica de seguimiento, que incluya a los transportadores, para garantizar decisiones coordinadas que prioricen la seguridad vial y la conectividad.